Inicio Análisis político Alejandro López Munguía 2001, la derrota que marcó a toda una generación de PRIÍSTAS.

2001, la derrota que marcó a toda una generación de PRIÍSTAS.

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Casa del Pueblo, sede del PRI en Yucatán.

 

2001, el año de la gran derrota en Yucatán.

Los que conocemos la historia moderna de Yucatán, tenemos presente el gran acontecimiento del año 2001: la alternancia. Ese año el PRI perdió la gubernatura y la mayoría en el Congreso; ganó el PAN, el Diario de Yucatán y las agrupaciones cívicas al servicio de la derecha. ¿Cómo se fraguó?, ¿quienes participaron?, ¿quienes perdieron?, ¿quienes ganaron?. ¿Cuál fue el papel de Víctor Cervera Pacheco, Gobernador Constitucional?. ¿Qué pasó en realidad?.

 

Razonar sobre este hecho, es abrir la puerta a la opción urgente que tiene el PRI de evitar una posible derrota.

 

EN CONTEXTO.

El PRI había perdido la elección presidencial del año 2000, y se entronizó Vicente Fox Quezada. Había prometido el cambio político tan “anhelado” por la sociedad. En esa circunstancia, inició el proceso electoral rumbo a la elección para Gobernador de Yucatán, y el Congreso del Estado debía elegir a los nuevos consejeros del Instituto Electoral del Estado.

En medio del debate, el PAN y el PRD se inconformaron por la forma en la que se eligieron los integrantes del Consejo Electoral. Afirmaban que fueron elegidos sin tomar en cuenta a otros participantes. El Congreso había convocado a la sociedad civil organizada a que presentara propuestas para integrar el Consejo Electoral. La discusión fue álgida y el resultado de la elección fue impugnado directamente ante el TRIFE.

Luego de varios días de gran tensión política y mediática de parte del Diario de Yucatán, el TRIFE ordenó al Congreso del Estado reponer el proceso de elección de los consejeros. La mayoría de los diputados, compuesta por priístas, se opuso.

Inició con ello el gran conflicto, conocido como EL DESACATO A LA FEDERACIÓN. El Diario de Yucatán impulsó con todas sus fuerzas la idea de que el Gobernador Víctor Cervera Pacheco estaba retando a la Federación y ponía en el estrato a cuanto panista sirviera para ello. La intención era que la ciudadanía se le fuera encima al mandatario yucateco, a quien consideraba como el gran CACIQUE, el “dueño de Yucatán”.

La tarea para el PAN estaba saliendo efectiva. Con todo a favor, la lucha se intensificó.

El Congreso de Yucatán defendió su postura pues argumentaba que se estaba violando la Soberanía del Poder Legislativo, ya que el TRIFE no tenía atribuciones. Se pasaron por alto al Tribunal Electoral del Estado. En contraparte, los panistas, los perredistas, el Diario, las agrupaciones civiles afines, afirmaban que no confiaban en el Tribunal Estatal porque estaba dominado por Víctor Cervera Pacheco.

La sociedad yucateca se dividió en dos, por un lado los que apoyaban al PRI y a Víctor Cervera y po el otro los querían ver derrotado y que ganara el PAN la gubernatura.

LA ELECCIÓN

El DESACATO A LA FEDERACIÓN terminó en medio de una gran tensión por el enfrentamiento entre el Gobernador de Yucatán y el Gobierno de la República. Cervera enfrentó a Fox y finalmente, se impuso la federación, aunque Cervera logró descifrar el panorama a fondo.

La elección de mayo pudo haberse pospuesto y con ello, meter a Yucatán en un gran problema político.

El PRI eligió a su candidato a Gobernador en medio de la pugna con la federación. En sesión del Consejo Político Estatal, el Abogado Orlando Paredes Lara, entonces Senador con Licencia, derrotó al entonces líder del Movimiento Territorial, Carlos Sobrino Sierra. La diferencia fue estrecha, tanto que desató un quebranto entre dos grupos: los cerveristas contra los anti cerveristas. En ese momento se signó el destino del PRI yucateco. La derrota era cosa de tiempo.

Tras el anuncio del resultado de la votación, el salón de los retratos quedó a la mitad, la otra mitad se fue con Carlos Sobrino. Entre los que se fueron estaban, José Toraya (qepd), Federico Granja Ricalde, Jorge Carlos Ramírez Marín. El candidato se quedó con sus aliados y con su gente.

Jamás hubo anuncio de UNIDAD. Hubo fractura interna. Orlando Paredes calificó la actitud de los que se negaron a la UNIDAD, como TRAIDORES. Y a su vez, éstos, lo dejaron solo, solo con su equipo y con el respaldo del Gobernador Cervera Pacheco.

Días después el PRI postuló a Jorge Esma Bazán como candidato a la Alcaldía de Mérida y a los diputados estatales. Durante la campaña, Orlando Paredes padeció la contra campaña de sus enemigos priístas, que ofrecían apoyo a la militancia con la condición de “no votar por el candidato a gobernador”.

El PAN postuló a un hombre que por aquellos tiempos era joven, había sido alcalde de Mérida y Senador de la República. Con su personalidad fresca y más empresarial que político, Patricio Patrón Laviada catapultó al PAN con promesas verdaderamente impactantes. Prometió que “metería a la cárcel a Víctor Cervera Pacheco”. Gran parte de la gente lo creyó y lo apoyó, incluyendo a algunos de los TRAIDORES a los que se refirió Orlando Paredes Lara. Patricio Patrón fue el instrumento del Diario de Yucatán, de las agrupaciones cívicas a modo, y de empresarios afines a la derecha.

La división lastimó al PRI hasta sus entrañas. El VOTO CRUZADO se hizo presente en todo su esplendor.

Está demás precisar que con la derrota del PRI, todo el trabajo realizado y los logros obtenidos por el gobierno de Víctor Cervera Pacheco se borró materialmente.

Un caso especial fue el del priísta Liborio Vidal Aguilar, que a pesar de tener gran arraigo en su Tierra, Valladolid, lo hicieron a un lado y lo marginaron de la carrera. Él deseaba ser candidato a la alcaldía de Valladolid, pero “no se la dieron”. Lo cuentearon. Lo citaron y lo encerraron, cuando quiso operar ya estaba el candidato oficial. Liborio se fue al PRD. Con todo y que era un leal al Gobernador Víctor Cervera Pacheco. Se fue, con todo y que era un leal militante del PRI.

2018, LA ELECCIÓN QUE VIENE.

Para el PRI existen dos escenarios en el horizonte, el de la Unidad Total o el de la Ruptura.

Tal como en el 2001, el PRI enfrentará a tres enemigos: el voto de los enemigos, el voto de los disfrazados y el voto de los rebeldes.

En el 2001 hubo falta de operación política para hacer la Unidad. En la actualidad, al PRI le urge operación política efectiva. La operación política no se circunscribe al hecho de transmitir mensajes en bruto, sino de hacerlos llegar de tal forma que conquiste los corazones que integran la militancia. Es el decir con claridad el mensaje para seducir a los electores.

No se trata de que digas lo que haces, sino qué generas con lo que dices.

El PRI debe encarar el 2018 con la bandera del orgullo tricolor. No es tarea fácil, por ello debe haber un cambio en todos los rubros donde así sea necesario.

El PRI de hoy tiene heridas abiertas, ¡y claro que de cara al 2018 sangran más, constituyendo un gran riesgo electoral!.

Que el PRI pierda la gubernatura en el 2018 sería brutal para los priístas. Sería la muerte política para una generación de jóvenes que se enlistaron con vigor y esperanza al PRI, para consolidar un gobierno que hiciera realidad la justicia social y la plenitud de una democracia real.

Los grupos deben medir, evaluar, que la derrota terminaría con toda posibilidad de vida política en los próximos 12 años.

El mismo Jefe Político, así lo considero, debe apretar las tuercas. Debe en primer instancia renovar la dirigencia estatal para dar paso a la cordialidad, la mesura, la inteligencia, el diálogo, el consenso y la viabilidad.

Al Gobierno de Rolando Zapata Bello le falta una específica operación política. Y es que, es necesario advertir esa situación, porque de alguna forma, se debe crear consciencia. Importantes áreas del gobierno hacen perder votos al PRI. Votos que serán de castigo.

El Gobierno de Rolando Zapata Bello no puede ser considerado como de elite. Se sabe que es el mejor evaluado, y eso está bien. Pero esa evaluación no puede ser el eje con base en el cual se forjen las condiciones para hacer la Unidad Política.

La Unidad Política está por encima de todo logro personal. Para lograrlo, se deben conjuntar todos los logros políticos en función del partido.

En la operación política está la clave para conducirse hasta la victoria. Sin operación política, nada será efectivo. Así como en el 2001, el PRI debe ubicarse en la línea del tiempo. ¿Qué es lo que en verdad quieren los priístas para el 2018?, ¿qué es lo que en verdad quiere el Jefe Político del PRI para el 2018?. Si el PRI – entiéndase los grupos, los sindicatos, los líderes, el Jefe Político – conjunta sus intereses, entonces tiene grandes posibilidades de retener la Gubernatura.

Muchos vivieron la tormentosa crisis del 2001, y estoy convencido de que ninguno de aquellos sobrevivientes, desean perder la oportunidad de continuar viviendo en buenas condiciones. Cuando ganó la derecha, destruyó todo el trabajo social y la vida cambió radicalmente para muchos.

2001 es la referencia dramática que tiene a la vista el PRIismo yucateco. Recordarlo es volver a vivir una derrota forjada en la traición, la soberbia, la petulancia, la arrogancia, que generó dolor y venganza. Lo que vino tras el arribo de Patricio Patrón a la gubernatura fue humillación y múltiples vejaciones que no creo quieran volver a padecer los priístas durante muchos, muchos años.

Este es, como siempre, mi muy personal punto de vista y lo comparto con todos ustedes.