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A pesar de los contratiempos, Yemen sigue el camino hacia la paz

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En una entrevista con Noticias ONU, Martin Griffiths revisa en este primer aniversario el Acuerdo de Estocolmo, que fue el resultado histórico de las conversaciones cara a cara que celebraron los líderes del Gobierno, reconocido internacionalmente, y los los representantes hutíes.

“Salimos de las conversaciones de Suecia muy animados por el hecho de que, por primera vez, las dos partes habían hecho un acuerdo voluntario entre ellas”, declaró en la entrevista, celebrada justo antes de una reunión a puerta cerrada sobre Yemen en el Consejo de Seguridad el jueves pasado.

El Acuerdo de Estocolmo dio lugar a un alto el fuego en el disputado puerto de Hodeida, en el Mar Rojo, vital para el flujo de alimentos y la ayuda humanitaria en Yemen.

Estamos empezando a ver en los corazones y las mentes de quienes toman las decisiones sobre la guerra, el deseo de hacer las paces

En ese momento, el Programa Mundial de Alimentos lo calificó de “clave” para importar aproximadamente el 70% de las necesidades humanitarias del país.

Mirando a este año, Griffiths aseguró: “Sí, ciertamente, ha habido logros”.  “Se han salvado  vidas, se ha protegido el programa humanitario y creo que también demostró que las partes podrían acordar una forma diferente de salir de una crisis”.

Sin embargo, informó que las negociaciones aún están en curso para “desmilitarizar” Hodeida, donde las fuerzas progubernamentales y hutíes han respetado, en gran medida, un frágil alto el fuego durante todo el año.

El enviado especial también se mostró decepcionado por la falta de avances en el intercambio de prisioneros, uno de los elementos clave del Acuerdo.

“Muchas personas, y yo soy una de ellas, creen que podríamos haber hecho un trabajo mucho mejor al implementar el Acuerdo de Estocolmo en estos 12 meses. Para muchos de nosotros, pero particularmente para las personas en Yemen para quienes es un problema fundamental, ha sido una decepción en muchos sentidos”,  reflexionó.

La peor crisis humanitaria del mundo
El conflicto en Yemen ha generado la peor crisis humanitaria del mundo y ha llevado al país al borde del colapso económico. Aproximadamente 24 millones de personas, el 80% de la población, requieren asistencia, según la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia informa, además, que dos millones de niños no asisten a la escuela, incluidos casi medio millón que abandonaron la escuela desde que comenzaron los enfrentamientos en marzo de 2015.

Estas son las razones por las que se necesita desesperadamente la paz en Yemen, dijo Griffiths a Noticias ONU.

“Si hay un argumento a favor de la necesidad de acelerar la solución política de esta guerra, son esas personas, esas familias, quienes diariamente sufren los efectos del conflicto: familias cuyos hijos no han ido a la escuela durante cinco años, familias que han luchado por conseguir comida en sus platos diariamente “, declaró.

“Pero cualquier solución política en cualquier lugar en cualquier conflicto, y he tenido el, quizás, terrible privilegio de estar toda una vida haciendo frente al conflicto, es inmensamente difícil”.

Un “cambio” hacia la paz: no hay solución militar
Griffiths tiene una amplia experiencia diplomática y, con anterioridad al cargo que ocupa ahora, fue asesor de tres enviados especiales de las Naciones Unidas para Siria.

Pasar de la guerra a la paz exige voluntad política, lo que describió como el “cambio” en la forma en que los bandos enemigos ven la victoria, y entre sí.

“Lo que creo que está sucediendo ahora en Yemen es que, finalmente, estamos empezando a ver que ese cambio tiene lugar”, afirmó.

Sí, ciertamente, ha habido logros. Se han salvado  vidas.

“Estamos comenzando a ver en los corazones y las mentes de quienes toman las decisiones sobre la guerra, el deseo de hacer las paces y el reconocimiento de que no hay perspectivas de una victoria militar; que no hay nada que ganar en el campo de batalla, y que hay una gran victoria, por supuesto, en el terreno de la negociación”, agregó.

Griffiths enfatizó que los acuerdos de paz también deben ser inclusivos para que tengan éxito. Por ese motivo, su Oficina colabora con organizaciones de mujeres, así como con la sociedad civil, en Yemen. Precisamente, su Grupo Asesor de Mujeres trabaja para garantizar que formen parte de futuras conversaciones hacia un acuerdo de paz.

“El poder de la transición, y la relevancia de la transición después de una guerra civil, es que permite a aquellos que han sido marginados por la guerra, que no son parte de quienes toman las decisiones sobre cómo llevar a cabo la guerra, las mujeres son un ejemplo obvio, volver a su lugar en el centro de la vida pública”, explicó.

“Tenemos que rendir cuentas, las partes, y de hecho nosotros como mediadores, de que estas disposiciones se harán en ese acuerdo”, concluyó.

Boletín de prensa de la ONU