A finales de agosto los diputados electos tomaron protesta. Todo se veía muy distinto a lo acostumbrado, el PRI, PAN, PRD, de tener el Congreso a su merced pasó a ser una minoría, ahora quedaban subyugados al poder político de MORENA, que desde el primer momento se hizo sentir.
Sin embargo, todos los legisladores morenistas, si bien se sentían alegres de inundar el Congreso, también cargaban, y siguen cargando, un peso muy grande sobre sus hombros el cual se llama “Cuarta Transformación”, la promesa que coadyuvó, junto con el hartazgo social, para poner a AMLO en la presidencia, misma que será el parámetro único para calificar al gobierno electo. Si lo logra será triunfo, si no lo hace, será fracaso.
Por desgracia, una de las primeras acciones que resonó en todo México, no fue una propuesta vanguardista de la bancada de MORENA, tampoco una muestra de su Austeridad, no, sino que MORENA aprobó la licencia de Manuel Velasco para regresar a Chiapas y terminar su gestión.
Ricardo Monreal respaldó la licencia de Velasco, argumentando que nadie tiene el derecho de negarle la licencia a un senador. Y, hasta cierto punto, es cierto, pero también deben recordar que esa es la clase de privilegios que van en contra de las ideas que nos vendió MORENA. El primer paso que dio fue con el pie izquierdo, y me temo que, por el momento, ha comprometido su credibilidad.
Pero, no termina aquí, pues fue en esta semana en la que se reivindicaron.
En primer lugar, anunciaron que los diputados federales reducirán sus ingresos de 128 mil 230 pesos a 92 mil 207 pesos ya que no serán beneficiarios de seguro de vida, gastos médicos mayores, seguro de separación individualizada, y fondo de ahorro. Mario Delgado afirmó que esto corresponde a una reducción del 28% en sus dietas, y afirmó que posteriormente se habrá más recortes a las percepciones de los legisladores.
De igual forma, presentó su Ley de Austeridad República, que en síntesis plantea eliminar privilegios, innecesarios, que tienen los altos funcionarios y le cuesta mucho al Estado.
Reducción de salarios y prestaciones de altos funcionarios; los funcionarios públicos recibirán atención médica en el IMSS, adiós a las pensiones de los expresidentes; no incrementará el aparato burocrático; restringir el uso de escoltas a casos extremadamente necesarios; limitar el uso de vehículos del Estado; restringir el uso de propaganda oficial.
Y, finalmente, presentó una iniciativa de revocación de mandato para presidentes, gobernadores, jefes de gobierno, alcaldes, diputados locales y federales, y senadores, siempre que se incurra de pérdida de confianza, incumpla en su plan de trabajo o compromisos de campaña, o cometa actos de corrupción. Mediante una consulta popular el pueblo elegirá si su representante se queda o se va, en el 2021 se realizará por primera vez.
Lo anterior le añade un trabajo más a la ciudadanía, pues ahora es obligación de esta, informarse de manera adecuada para poder deliberar si su representante está haciendo o no, un buen trabajo.
MORENA ya hizo sentir su fuerza, tanto para bien como para mal, y, si bien, ya se dieron algunos pasos importantes, todavía falta muchísimo para decir que ya empezó la cuarta transformación de México, por lo pronto, podemos vislumbrar, aunque tal vez podría incurrir en una conjetura apresurada, que el Movimiento de Regeneración Nacional tendrá altas y bajas en el Congreso.
MORENA ya hizo sentir su fuerza, ahora solo falta AMLO.
