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Abstinencia sexual: la recomendación del gobierno de Bolsonaro a los adolescentes

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En un momento en el que Brasil lidia con una tasa de embarazos adolescentes muy elevada y cada vez más infecciones de VIH, el gobierno derechista tiene un mensaje para los jóvenes: esperen a casarse para tener relaciones sexuales.

RÍO DE JANEIRO – En un momento en el que Brasil lidia con una tasa de embarazos adolescentes muy elevada y cada vez más infecciones de VIH, el gobierno de Jair Bolsonaro tiene un mensaje para los jóvenes: esperen acasarse para tener relaciones sexuales.

“En general, nuestros jóvenes tienen relaciones sexuales por presión social”, dijo hace poco Damares Alves, ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, en un mensaje para promover la abstinencia. “Pueden ir a una fiesta y divertirse mucho sin tener relaciones sexuales”.

Damares ha aclarado que para formular su política trabajó en colaboración estrecha con el equipo responsable de la campaña “Yo elegí esperar”, concebida por pastores evangélicos con un gran número de seguidores en redes sociales. Esta decisión incitó un caluroso debate en torno a los derechos reproductivos y la educación sexual en la nación más grande de América Latina.

Sus críticos afirman que el nuevo énfasis del gobierno en la abstinencia difumina la división entre Iglesia y Estado, además de que podría provocar que los jóvenes cuenten con poca información para tomar decisiones relacionadas con su vida sexual y que estas resulten perjudiciales para su salud.

“Contamos con veinte años de estudios de salud pública en todo el mundo que demuestran no solo que las políticas de abstinencia no son efectivas, sino que tienen consecuencias terribles en cuanto al embarazo de adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual”, señaló Debora Diniz, profesora brasileña de Derecho y activista de derechos reproductivos. “Se están diseñando políticas públicas basadas en creencias religiosas”.

El énfasis que el gobierno ha puesto en la abstinencia concuerda con una campaña presidencial de 2018 en la que el sexo y la sexualidad fueron el tema dominante. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y sus aliados acusaron a sus rivales de izquierda de alentar a los adolescentes a tener relaciones sexuales a edad temprana. Bolsonaro también condenó una campaña escolar en contra de la homofobia que diseñaron sus predecesores izquierdistas, aunque nunca se puso en marcha. Dijo que la campaña era un “kit de homosexualidad” cuyo propósito era “pervertir” a los estudiantes.

Su mensaje fue muy efectivo para movilizar a los electores evangélicos, un grupo cada vez mayor y con gran poder político en Brasil. La responsable de la campaña de promoción de la abstinencia impulsada por el gobierno es Alves, una pastora evangélica que se define como “extremadamente cristiana” y una de las integrantes más visibles y populares del gabinete de Bolsonaro.

Algunos expertos consideran que la campaña podría socavar los avances que Brasil ha logrado en la reducción de los embarazos entre adolescentes. La tasa de embarazos entre adolescentes del país, que alcanzó su punto más alto en la década de 1990, cuando llegó a alrededor de ochenta de cada mil alumbramientos, ha mostrado la misma tendencia global a la baja en décadas recientes, pero se mantiene muy elevada, en cerca de 62 de cada mil alumbramientos, muy por arriba del promedio global de 44 por cada mil, según un informe de las Naciones Unidas publicado el año pasado. La tasa en Estados Unidos era de 18 por cada mil en 2017.

Fuente: Yahoo noticias