El pasado miércoles 21 de octubre, la cancilier bolivina, Karen Longaric, acuso al presiente de México, Andrés Manuel López Obrador, de “impertinente, arbitrario y arrogante” por meterse en asuntos internos de Bolivia y “hacerle juego” a la política de Cuba, Nicaragua, Venezuela de convertir a América Latina y el Caribe al socialismo.
Longaric repudió el ataque de Maximiliano Reyes, Subsecretario para América Latina y el Cribe del gobierno de México, luego de sus declaraciones en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, donde rechazó que hubiera fraude en las elecciones del pasado 20 de octubre de 2019 en Bolivia, mismas en las que Evo Morales afirmó haber ganado y acusó al secretario general del organismo, Luis Almagro de haber utilizado “de manera facciosa a la misión de observación electoral para denunciar prematuramente un supuesto fraude que nunca existió”. Incluso, Reyes cuestionó la “autoridad moral” de Almagro.
La cancilier boliviana atribuyó las declaraciones de Reyes al acoso de México a Bolivia en la OEA al “interés de algunos países” que defienden “de manera militante” al ex mandatario boliviano Evo Morales.
“Son otros los intereses para pretender la hegemonía del poder en la región. So intereses políticos, ideológicos y hegemónicos de La Habana, Carácas y Managua y sus aliados”, ratificó.
“Estoy segura de que es eso: una pretención de extenderla doctrina del socialismo del Siglo XXI en la región. Pero, lamentablemente, con esto liderado por la Canciiería mexicana, desdibuja la tradición de la política exterior de México que, en su momento, y hasta este gobierno del señor López Obrador, ha sido (…)de gran influencia y respeto”.
“Su injerencia en Bolivia “ha ido más allá de un interés político y de coyuntura”, planteó Longaric.
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