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Agente de DEA se robó millones, según autoridades federales

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MIAMI (AP) — Un agente antinarcóticos conocido por sus gustos caros y por haber confiscado grandes cantidades de drogas fue implicado en una conspiración para lavar dinero que involucró a los carteles que debía combatir en Colombia.

José Irizarry, quien fuera un brillante agente de la DEA (siglas en inglés de la Administración de Control de Drogas), fue acusado de conspirar con un informante de esa agencia para lavar más de 7 millones de dólares producto de la venta ilícita de drogas, a veces usando una red clandestina conocida como el mercado negro cambiario, según cinco funcionarios o ex funcionarios policiales.

Las autoridades describieron el caso como una de las manchas más grandes en la historia de la DEA, una agencia que se ha visto sacudida por escándalos varias veces en los últimos años, y temen que haya comprometido operaciones encubiertas en Estados Unidos y Sudamérica.

La conspiración no solo habría enriquecido a Irizarry, sino que se cree que benefició a uno de los principales lavadores de dinero de América del Sur, que es pariente de la esposa colombiana de Irizarry, de acuerdo con los funcionarios, que hablaron con la Associated Press a condición de no ser identificados porque no estaban autorizados a comentar una investigación federal.

Las acusaciones conmocionaron la DEA y enfocaron la atención nuevamente en la oficina de la agencia en Colombia, que ha vivido tiempos turbulentos en años recientes. La división padeció fuertes luchas internas y cambios de liderazgo mientras lidiaba con una producción récord de cocaína.

Algunos de los detalles salieron a la luz en un caso federal que se ventila en Tampa, Florida, en el que un ex informante de la DEA, Gustavo Yabrudi, que tiene nacionalidad venezolana y estadounidense, se declaró hace poco culpable de lavado de dinero. En ese caso se alude a un “co-conspirador 3”, un sospechoso que no se identifica, pero que en realidad es Irizarry, según los cinco funcionarios.

No se sabe dónde vive Irizarry, quien tiene 44 años, ni si ha sido acusado de algo. Reiterados mensajes dejados en un teléfono celular que según las autoridades pertenece a Irizarry no fueron respondidos.

Chad Van Horn, un abogado de Miami que representa a Irizarry en un caso de bancarrota, declaró que no tenía nada que decir ni podía ayudar a ubicarlo. Barry Wax, abogado de Miami que ha representado a Irizarry, no devolvió llamadas ni correos electrónicos pidiendo comentarios.

Una portavoz de la DEA dijo que Irizarry renunció a la agencia cuando fue trasladado de Colombia a Washington en el 2017, pero desistió de dar más información.

Cuando la noticia del escándalo llegó a Washington el año pasado, el FBI y el Departamento de Justicia despacharon investigadores a Colombia, temerosos de que los informantes ya no confíen en la DEA, según funcionarios.

El caso plantea nuevos interrogantes en torno a los métodos de selección de agentes especiales de la DEA. Irizarry fue contratado a pesar de que un detector de mentiras indicó que podría estar dando respuestas engañosas, de acuerdo con tres funcionarios.

Hubo otras señales de alarma. En el 2010 Irizarry se declaró en bancarrota con deudas del orden de los 500.000 dólares, pero de todos modos se le permitió que manejase transacciones financieras para la DEA.

Antes de ser pillado, Irizarry había sido un agente modelo, según los funcionarios informantes, y recibido elogios de sus superiores. Basado en Miami, consiguió un permiso especial para crear una operación clandestina apra mandar dinero y mercancía de contrabando a Colombia en nombre de sospechosos de narcotráfico usando empresas ficticias, cuentas bancarias pantalla y mensajeros.

Sus investigaciones generaron numerosos arrestos de traficantes y le valieron un traslado a un codiciado puesto en Cartagena, donde siguió sumando éxitos resonantes.

“Era la superestrella que todos quieren ser”, expresó un ex funcionario.

Pero sin que supiera su jefe, Irizarry y Yabrudi, un viejo informante, supuestamente habían abierto una cuenta bancaria en la que depositaban dinero de una creciente red de contactos con delincuentes que querían enviar el producto de la venta de drogas a Colombia, según las autoridades. A veces los fondos fueron usados para comprar aparatos electrónicos, ropa y otros bienes que eran exportados a Colombia para ser vendidos y pagarles a los traficantes locales.

Fuente: Yahoo noticias