A una semana de las elecciones en el estado de México, las más importantes rumbo al 2018 por el número de votantes, vemos un escenario que hacía mucho tiempo no se daba, vimos unas elecciones en las que cualquiera de los candidatos podría haber ganado, vimos a través de las encuestas, que cada vez son menos confiables como los partidos políticos cambiaban de lugar en cuanto a la preferencia de los electores a cada semana, también vimos como los priistas por primera vez desde hace casi 90 años sentían que ya les pisaban los talones y habían posibilidades reales de perder su bastión político.
Todo parecía indicar que el gran ganador seria Andrés Manuel López Obrador, no Delfina Gómez la candidata de MORENA, si no el presidente de este partido que estuvo en campaña en el estado de México desde varios meses atrás, porque sabía que si ganaba, no había nadie que lo detuviera para ser el próximo presidente de México, sin embargo no contaba con que iban a salir a la luz los videos en los que gente de confianza de AMLO recaudaban dinero para MORENA, tampoco contaba con los enfrentamientos que tendría con varios periodistas por el simple hecho de no querer responder preguntas incomodas.
En realidad las actitudes de LOPEZ OBRADOR lo han llevado a NO ganar una elección desde hace 17 años, y es que ha utilizado la misma fórmula, que consiste en atacar a las instituciones, en salir a decir que cuando morena gana es democracia, pero cuando pierde se trata de un fraude, salir a insultar a todo aquel que no pensara como él.
Y es que no hay que ser un genio para saber que López Obrador perdió porque es una persona muy soberbia, por sus ataques a la prensa, por salir a defender a delincuentes como los “Huachicoleros”, por sus alianzas con Elba Esther y sus vínculos con Eva Cadena, y por elegir candidatos cuyo único mérito es ser un buen títere para su obsesión presidencial.
Al PAN y al PRD, tampoco les fue bien, ya sea por separados o en alianza, fueron superados en votación por el PRI y por MORENA, solo ganaron una gubernatura y reafirmaron su presencia en Veracruz.
En el PRI vimos que ya no es el partido aquel que ganaba todas las elecciones, ahora sí tuvieron que salir a competir con los mejores candidatos y tuvieron que usar toda la maquinaria para seguir vigentes, pero también demostraron que no se les puede dar por muertos en la carrera presidencial del 2018.
Cada día las elecciones del 2018 están más cerca y los partidos tradicionales ya se dieron cuenta que solos no pueden ganar, lo interesante será ver las alianzas que este panorama nos puede presentar, que nadie se sorprenda que el día de mañana las boletas vengan con el logo del PRI y sus aliados en comparsa con el PRD, ahora que AMLO les cerró la puerta y la alianza con el PAN no da los resultados esperados, en fin solo nos queda esperar unos meses para saber quiénes serán los candidatos y que partidos irán de la mano.
