La semana pasada el periodista Jorge Ramos tuvo un caluroso debate con Andrés Manuel, durante una de las famosas mañaneras. Jorge, entre otras cosas, le cuestionó los pocos avances en materia de seguridad, y citó la cantidad de homicidios dolosos que se han reportado desde que AMLO tomó protesta como Presidente constitucional.
Jorge Ramos mencionó que en diciembre del 2018 se reportaron 2,875 homicidios, en enero del presente año, 2,853; y, en febrero, 2796; de igual forma, afirmó que la tendencia, de seguir así, el 2019 podría ser el año más violento de la historia moderna de México.
Tal afirmación no es del todo descabellada, solamente tenemos que remontarnos a los últimos años del gobierno de Peña, el 2016 fue catalogado como el año más violento de aquel sexenio, luego, el 2017 fue señalado como el año más violento de los últimos 20 años, únicamente superado por el 2018, y existe el riesgo fundado de que, posiblemente, el 2019, no sea la excepción.
AMLO desestimó las cifras argumentando que no correspondían a los datos que él tenía, le pidió a su equipo que proyectaran una gráfica donde pudimos observar el promedio de homicidios dolosos por cada mes:
- Diciembre 2018: 79.7
- Enero 2019: 75.0
- Febrero 2019: 83.1
- Marzo 2019: 77.5
Lo curioso es que Jorge Ramos no sacó sus cifras basándose en noticieros amarillistas, o de prensas “fifís” como elegantemente describe AMLO, a los periódicos de la mafia del poder que están en contra de su gobierno, sino que la fuente de donde Jorge sacó las cifras, fue el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, es decir, cifras oficiales del propio gobierno morenista.
Andrés Manuel desestimó sus propias cifras.
Hay algo en lo que no se equivoca nuestro estimado Presidente, y es que la estrategia para combatir el crimen implementada desde el gobierno calderonista, siguiendo por el peñista, ha sido totalmente errónea. Pero también, fingir demencia, y afirmar que la corrupción e impunidad ya no existen, y que nuestro país vive en una relativa paz, únicamente porque desviamos la atención del México que se cae a pedazos y se baña en sangre, también es erróneo.
Al parecer, es preferible utilizar la memoria histórica para exigirle a otros países que nos pidan perdón, en lugar de utilizarla para saber que reciclar la estrategia de Calderón y de Peña, cambiarle ciertas cosas y maquillarla de Guardia Nacional no va a resolver el problema de inseguridad en México.
Y aunque sigan argumentando que la Guardia Nacional tendrá un mando civil, lo cierto es que, en la presentación de los integrantes de ésta, de civil, no tenía nada. Incluso, el mismo Jorge Ramos puntualizó este hecho diciendo: “veo a demasiados militares para una guardia civil”.
La gran apuesta de AMLO es la Guardia Nacional para pacificar al país, sin embargo, para que esta se consolide falta tiempo, solo nos queda esperar la estrategia a corto plazo para disminuir la violencia, aunque, me temo, quizá, que no la hay; y si la hay, tal parece que consiste en hacernos de la vista gorda, y fingir que no sucede nada.
