Por Verónica Rodríguez Rivera
México, 28 Jun (Notimex).-El jaguar, felino icónico de América, es una especie clasificada internacionalmente como casi amenazada, pero a pesar de los crecientes problemas que enfrenta como la pérdida de su hábitat y la cacería ilegal, en México ha aumentado su población en los últimos años.
El doctor Gerardo Ceballos González, investigador de Ecología Biodiversidad, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), conversó con Notimex sobre estos grandes felinos e indicó que hay unos 65 mil jaguares en toda su área de distribución, desde México hasta América del Sur.
El jaguar es una especie de los grandes gatos como el león, tigre y leopardo, y es el que tiene probablemente una mayor población, pero está amenazado, advirtió el investigador y refirió que en el último siglo ha tenido un impacto muy severo con la pérdida de un área grande de su distribución.
Un reciente estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) reveló que alrededor de dos mil ejemplares habitan en el Corredor Napo-Putumayo, entre Ecuador, Perú y Colombia, pero advirtió que el rango histórico de su distribución se ha reducido a la mitad en los últimos 100 años.
Ceballos González consideró que es buena noticia que haya esa cantidad de individuos en esa franja, una zona pequeña respecto a toda el área de distribución del jaguar, pero enfatizó que el hecho de que haya una gran población “no quiere decir que no esté amenazado”.
Es una especie que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), está clasificada como casi amenazada, pero “nosotros decimos que no; ya podría considerarse amenazada porque los problemas que están afectándola se están incrementando”, sostuvo el doctor.
Este felino, el más grande del continente y el tercero en el mundo (después del león y el tigre), enfrenta la pérdida de hábitat, la cacería y el conflicto ganadero, pero “evidentemente ha comenzado a afectarla un problema bastante grave, que es la mafia china”, dijo.
Según el investigador, esa mafia ha empezado a cazar jaguares para llevarse los huesos, la piel y los colmillos a China porque ante la escasez de tigres ahora están buscando los huesos de jaguar, un problema que se ha presentado en Bolivia y un poco en Perú, pero que si no se atiende se agravará.
“Por esta razón nosotros decimos que esa especie debe considerarse amenazada a nivel internacional”, afirmó el biólogo, quien es parte de los más de 60 conservacionistas e investigadores que integran la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, que trabaja para proteger a estos felinos en México.
Esta Alianza Nacional, que ha efectuado 13 simposios anuales, mantiene una estrategia para la conservación del jaguar que contempla varios pasos, uno de los principales es tener un censo nacional, indicó.
Primero se monitorearon a los jaguares entre 2008 y 2010, cuando contabilizaron cuatro mil ejemplares, y posteriormente, entre 2016 y 2018 encontraron que la población aumentó a cuatro mil 800.
“A pesar de los problemas que han existido en México, las áreas naturales protegidas, los corredores ecológicos, el seguro ganadero y el trabajo de las comunidades nos han ayudado a lograr que disminuya la pérdida del jaguar”, dijo y subrayó: “entonces es una buena noticia que en los últimos años haya aumentado la población”.
Aclaró sin embargo que esto no quiere decir que la situación esté bien, ya que la mayor población de jaguares en México se encuentra en los estados de Yucatán y Campeche, que están enfrentando problemas muy severos como la deforestación ilegal de áreas muy grandes de selva.
Mencionó el caso de los menonitas que talan los árboles para sembrar sobre todo soya transgénica, maíz y otras cosas, un delito que ya fue denunciado ante las autoridades, pero “tenemos que seguir insistiendo en que se vayan, se tiene que parar la cuestión de los menonitas y castigar a quienes se tenga que castigar”.
También refirió que la mafia china que está cazando jaguares ingresó a México para robar madera en áreas como la Reserva de la Biósfera de Calakmul, en Campeche, desde hace al menos tres años.
“Tenemos que parar la tala ilegal en las áreas protegidas y en los corredores ecológicos del jaguar en México, tenemos que seguir evitando la cacería ilegal, tenemos que seguir insistiendo, tenemos que cambiar la legislación para que la caza de un jaguar sea un delito grave, que quien mate un jaguar acabe en la cárcel”, puntualizó.
