La renuncia de Agustín Basave a la dirigencia nacional del PRD, pone en peligro la alianza del Sol Azteca con el PAN en el 2018. Y tal vez, en las elecciones del Estado de México a celebrarse el próximo año.
Basave, famoso por ser amigo de Luis Donaldo Colosio y defensor de su legado, estuvo al frente del PRD por menos de un año. Tiempo que le bastó para darse cuenta que es un partido “ingobernable”, debido a las presiones que generan las diversas corrientes internas.
Basave jamás contó el respaldo de una tribu poderosa, nunca pudo contenerlas a todas y aunque el PRD puede presumir como triunfos las victorias electorales en tres estados de la república, la verdad es que a él, no se le vio rebosando de alegría.
En el PRD las cosas se vislumbran diferentes, pues la izquierda solo tiene dos posibilidades, o jala con López Obrador y lo unge como candidato suyo, o lanza a Miguel Mancera, pero solo tiene dos sopas.
En el PRD, hay tribus que desean tener el beneficio de contar con más de 15 millones de votos y en el PAN, simplemente no lo conseguirían. De entrada porque el PAN dice estar aliado con el PRD y cuando ganan, se agencia el triunfo de forma descarada y no generosa. Anaya de plano le dio le empujón a Basave.
Se va Basave de la dirigencia y con él, se diluyen las posibilidades de que el PAN y el PRD conformen la alianza electoral contra el PRI en el 2018. Basave fue un promotor de las alianzas con el blanquiazul. Enamorado de ello, nunca pudo darle una configuración a esa postura. Basave le regaló todo el esfuerzo al PAN.
Cómodamente Basave regresa a su curul en la cámara de diputados, de allí es. De la comodidad, siempre fue así. Mientras tanto, adios a la alianza con el PAN en el 2018. Al tiempo.
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