El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien suele arremeter duramente contra críticos y opositores, se ha visto presionado a dialogar con sus rivales para sostener la lucha contra la pandemia del nuevo coronavirus, advirtieron analistas.
Bukele ha sido uno de los gobernantes del mundo que más rápidamente reaccionaron para imponer medidas severas contra la COVID-19, como prohibir la entrada de extranjeros al país.
Pero a nivel local, el presidente censura las criticas que recibe por el estilo autoritario con que ha enfrentado la pandemia.
Bukele tiene que “actuar con cabeza fría, con mucha sensatez, buen juicio y entender que esta realidad que estamos viviendo tenemos que enfrentarla todos mediante el diálogo”, declaró a la AFP Roberto Cañas, profesor de Ciencias Políticas de la estatal Universidad de El Salvador y otras universidades privadas.
Arropado por la alta popularidad que apuntan encuestas recientes, Bukele recurre a las redes sociales como Twitter y Facebook para responder con dureza a sus críticos.
Según Cañas, “a fuerza de insultos (y) amenazas” no se saca adelante al país, en el que un tercio de los 6,6 millones de habitantes viven en la pobreza.
En sus mensajes, Bukele suele poner como ejemplo lo que hacen los gobiernos de otros países para luchar contra el coronavirus y pide a los salvadoreños verse “en ese espejo”, para justificar sus medidas ante la pandemia.
“Esto pasa en Guatemala por no portar una mascarilla en la calle. Detenidos, esposados y a la cárcel”, publicó recientemente Bukele en Twitter, evocando un caso sucedido en el país vecino.
En El Salvador “los llevamos a un centro de cuarentena con tres tiempos de buena comida, wi-fi gratis y televisión con cable. Pero dicen que nosotros queremos establecer una ‘dictadura'”, respondió a quienes critican su política de detener en esos centros a quienes violan las medidas que restringen la movilidad.
Pero el especialista en enfermedades infecciosas Iván Solano Leiva alertó que no hay una clara planificación en el combate a la pandemia.
“No hay lineammientos claros en el manejo de la atención (de pacientes) y los avances que tuvimos en un principio de retrasar la llegada del virus se pueden echar al cesto de la basura (…) sin una adecuada planificación”, aseveró.
Asimismo, lamentó que personal de hospitales públicos haya comenzado a infectarse y que el gobierno desestimara una propuesta del Colegio Médico de crear un comité multidisciplinario para apoyarles, en momentos que el virus circula fuera de los centros de contención (albergues de cuarentena).
En contraste, el neumólogo, Joel Ochoa, estimó que en el país “se han tomado las medidas acertadas” en la atención de la COVID-19, y “son las que se necesitan para afrontar la enfermedad”.
El gobierno asegura que recibe asesoría del Centro de Control de Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, del Ministerio de Salud de Singapur y del gobierno provincial de Shangai, China.
“Se puede aprender de otros países, y es lo que el gobierno está haciendo, y está bien”, opinó Ochoa.
El Salvador sumó hasta este miércoles 159 casos confirmados de COVID-19 y seis fallecidos.
– Polarización –
Desde que llegó al poder el año pasado, Bukele ha recurrido a un discurso de confrontación para gobernar con una Asamblea Legislativa dominada por la oposición.
“Los líderes políticos y funcionarios de gobierno han elevado los niveles de polarización”, advirtió la investigadora social Jannette Aguilar, quien realiza estudios de violencia e inseguridad para organismos internacionales.
Consideró que “hay una permanente lucha de poderes en términos de hacer valer sus propios criterios, sobre todo por el Ejecutivo, sobrepasando los límites que establece la ley”.
“El modo agresivo de contestar a la crítica ciudadana, tanto por parte del presidente como de algunos de sus funcionarios, ha alentado un estilo militaroide y autoritario que se va extendiendo y volviendo preocupación pública”, destacó en un editorial la jesuita Universidad Centroamericana (UCA).
Para Aguilar, el nivel de tensión no solo está “debilitando la democracia”, sino también la capacidad del país de afrontar los impactos más duros de la crisis y sus posteriores consecuencias.
Por ello, la UCA consideró urgente cambiar la respuesta a la emergencia, al entrar en su segundo mes.
Fuente: Yahoo noticias