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Carlos Sobrino Argaez… ¡adios!.

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Tiempo de cambio.

Al PRI le urge cambiar a su Presidente Estatal en Yucatán. El actual es sinónimo de división. Carlos Sobrino Argaez representa la antítesis de la unidad, de la cordialidad, la humildad y la madurez que hoy demandan los tiempos del revolucionario institucional.

Al PRI le urge construir puentes para dialogar con los aspirantes a candidatos, porque necesita garantizar la victoria en las elecciones del próximo año.

A Carlos Sobrino Argaez el diálogo de ida y vuelta no se le da. Es un hombre cuyo objetivo es cumplir con las órdenes que recibe y punto.

El PRI ha entrado en un proceso de gran definición y no puede fallar. Luego entonces darle paso a un cuadro diferente es urgente, porque no puede aspirar a la victoria, mientras tenga un perfil no acertado en la dirigencia estatal.

El consejo para el Jefe Político del PRI y líder moral, es que se decida por un político hombre o mujer, que sea puente entre la militancia, los aspirantes y la dirigencia. Se trata de hacer posible que el PRI mantenga el poder en Yucatán, con argumentos democráticos y no impositivos.

Al PRI le urge emocionar a sus bases, incentivar a sus estructuras, convencer a los ciudadanos de que una nueva oportunidad de servir, es factible con la oferta sana, limpia y decente de un liderazgo efectivo.

Al llegar impuesto al cargo, Carlos Sobrino Argaez asumió el rol de dirigente, pero jamás logró convertirse en el líder del priísmo yucateco. Tal vez el tiempo no le alcanzó. Sobrino es el error más grave que Rolando Zapata Bello ha cometido en su sexenio.

El Priísmo se merece la oportunidad de soñar de nuevo. Hoy en día está sumido en la mediocridad política, sujeto a una inercia, que no dinámica, en la que ha perdido su esencia política. El PRI sabe acordar mediante la negociación interna, pero Sobrino Argaez ha hecho todo lo necesario para hacer imposible que los acuerdos culminen bien. Gracias a Sobrino, los 12 aspirantes a la candidatura del Estado, perdieron la confianza y se rebelaron pidiendo piso parejo.

En la pasada sesión del consejo político, donde el PRI aprobó la Convención de Delegados como método para elegir al Candidato Presidencial, el presidente del CDE dio un mensaje incongruente, falso y manipulador. Propio de quien cree que con líneas discursivas se subsanan los grandes agravios del pasado reciente.

En su mensaje Sobrino Argaez dijo que “no todos caben en las candidaturas, pero sí en el proyecto”. Y la pregunta clave es, ¿de qué habla este dirigente?; el proyecto 2018 es el mismo proyecto del 2012, que al iniciar, despidió a cerca de 3 mil priístas que trabajaban en el gobierno del estado sin más argumentos que el “son ivonnistas”.

El cinismo de Sobrino Argaez es monumental. En especial cuando habló de que son tiempos de la humildad… ¿cuál?. Lo dice el presidente del PRI que gusta de ser grosero con la militancia, de ser altanero con los cuadros del partido, de vetar a los medios de comunicación por criticar su grosera conducta.

Algo pasa en la cúpula del PRI, que va en contra sentido de la militancia y la ciudadanía. ¿Cómo pueden pedir la unidad si desde el seno de la dirigencia estatal se promueve la división?. Porque la división se consolida con la prepotencia al querer imponer candidatos, imponer decisiones, imponer dirigencias municipales, imponer voluntades cupulares sobre las demandas ciudadanas.

Es tiempo de cambiar al presidente del PRI en Yucatán. Es fácil, el Gobernador tiene la facultad política de llamarlo y pedirle su renuncia, no necesita llegar a diciembre cuando termina su periodo. Es fácil, le dan su candidatura y listo. Nadie se acordará de él, pues nada valioso hay que recordar.

Es tiempo gobernador, hágalo, decídase y mande un mensaje ganador al priísmo que hoy en día está vacilante, irritado, inconforme, confundido y pensando cosas feas.