El PRD es un partido de izquierda, y su ideología, en principio es el bienestar y la felicidad de los mexicanos. Con algunas excepciones, de los que se han valido los partidos de derecha para desmembrar y desprestigiar al partido, los verdaderos militantes del PRD han defendido de manera contundente y firme los intereses de las familias mexicanas. Asimismo, las bases del PRD, están formadas de personas libres que no buscan trabajo en la administración pública, ni una chamba en la administración municipal. Incluso, saben que les iría mejor económicamente fuera de la farándula política que dentro de ella.
Por supuesto, el desempeño negativo del PAN no tardó en verse reflejado en recientes encuestas de preferencias del ciudadano hacia los partidos. El panorama general en nuestro estado de Yucatán apunta a que no habrá poder humano que pueda salvar al PAN de una derrota. Entonces no habrá alianza que pueda salvarles. Este instituto político ha estado cayendo como fichas de dominó a partir del 2006.
El PRD, como mencioné anteriormente, no coincide ideológicamente, políticamente, moralmente y un largo etcétera con el PAN y tampoco coincide en la forma que el PRI ha solapado las marrullerías del PAN a costa del bienestar del pueblo de México, llevándolo a una situación de descomposición que francamente está muy difícil. Asimismo, tampoco será otra ficha en caída del juego del PAN y del PRI, por tanto estos rumores son una intentona de los grupos neoliberales por hacer caer con ellos la única esperanza que tiene México, que es el PRD.
Sobre Mérida, es inocultable que el PAN perderá la alcaldía. Pero nos queda la experiencia pasada, cuando le arrebataron a un militante del PRI el triunfo, en un acuerdo fáctico del PRIANISMO. Esta experiencia es un conocimiento que el PRD considerará a la hora de hacer valer la decisión del pueblo, pues fuera del quehacer democrático no hay posibilidad de cambiar el rumbo de las cosas por el bien de todos.
En este momento solo el camino democrático, esperamos, que este sea un camino limpio y que en el presente y en lo futuro tengamos las posibilidades de impulsar un pensamiento distinto a esos institutos políticos.
En Mérida y en Yucatán las cosas no solo se ven en blanco y negro, ahora también se vislumbra el color amarillo.
Mérida, Yucatán; 8 de enero de 2010.
