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Cincuenta centavos hacen diferencia.

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Cincuenta centavos hacen diferencia.

Estamos ante algo inaudito en la historia de nuestro Estado, algo de lo que no se tiene registro en materia económica estatal: a partir del primer minuto del sábado, las tarifas del transporte urbano de pasajeros tienen una reducción en su costo a los yucatecos.

La importancia del transporte público no debe ser observada únicamente bajo la perspectiva estadística, números que reflejan cierta parte de la situación, pero que no dibujan la realidad completa.

Vayamos por partes. En la entidad circulan más de dos mil unidades de las llamados autobuses de pasajeros, de los cuales, más del 90 por ciento (alrededor de 1,861) operan en la capital, Mérida, no estamos tomando en cuenta a aquellas que se dedican exclusivamente al turismo ni a los vehículos estándares (combis, taxis).

Estos vehículos le dan trabajo a más de 20 mil personas, aunque ésta última es una cifra aproximada, ya que según datos del propio INEGI, esta cantidad está agrupada junto a los rubros de transporte privado y traslado de correos.

Ahora bien, 4.81% gana apenas 1 salario mínimo diario, un 45.20% obtiene 2 salarios mínimos, un 25.56% hasta 3 salarios mínimos y apenas un 13.49% gana 5 salarios mínimos; ubicando a los choferes del transporte urbano, sería sensato señalar que aquellos están en el espectro de los 2 y 3 salarios mínimos, es decir, la mayoría percibe entre 6 mil y 9 mil pesos mensuales.

¿Cuántas yucatecos y yucatecas utilizan todos los días el transporte urbano? Las cifras no son precisas, ya que se carece de una estadística periódica regular y si existe, no está disponible de manera accesible, pero hay investigadores que estiman que cerca de 300 mil personas toman un camión para movilizarse hacia su destino.

Hay que reconocer que el desorden ha privilegiado en el tema. La mayoría de las rutas convergen en la zona Centro y primer cuadro de la ciudad, causando unembudo automotor, agrupando en estrechos espacios a muchas unidades en mal estado y no verificadas en materia ambiental.

Para trasladarse por ejemplo del fraccionamiento Pensiones a Xcanatún, un ciudadano tiene que tomar 2 autobuses de ida y 2 de regreso. Normalmente la distancia entre ambos puntos son de quizá, unos 16 kilómetros, pero en este trayecto los autobuses recorrerán más del doble de esa distancia.

El costo también juega un papel indispensable en esta dinámica. Supongamos que una señora ama de casa tiene la necesidad de llevar a sus dos hijos a la escuela utilizando el transporte público. Tendrá que erogar todos los días, cuando menos 50 pesos, 250 pesos a la semana y 1 mil pesos al mes.

Teniendo en cuenta que a pesar de que Yucatán es uno de los estados con menor tasa de desempleo, estos son mal renumerados, por lo que en un hogar se perciben 7 mil pesos mensuales, gastar 1 mil en transporte causará, necesariamente, disminución del bienestar individual familiar.

Cincuenta centavos parece poco, pero hace diferencia, especialmente si lo multiplicas por equis cantidad de viajes al día… ¿es la solución a la problemática de movilidad urbana y el transporte público urbano? A largo plazo no lo es, pero al menos se es sensible a las necesidades económicas de una población cada vez con menores ingresos.

SITUR ha sido una idea interesante, pero únicamente atiende a un porcentaje muy ínfimo de la población, se requiere de inmediato, una re-ingeniería vial acorde al crecimiento de la ciudad, desocupar aquellas áreas conflictivas, impulsar el uso de transportes alternativos, como el uso de la bicicleta.

No considero que disminuir cincuenta centavos el costo del pasaje sea una medida populista, sino una re-orientación de los recursos subsidiados hacia su destino, hacia el beneficio de una población que requiere de buenos servicios de transporte público.

Nadie pierde, ni los concesionarios, ni los consumidores. Al contrario, se retoma la confianza de que es posible implementar políticas económicas cíclicas de bienestar.

Esta disminución tendrá que ir acompañada de otras medidas, como la supervisión permanente de las unidades, de la capacitación de los choferes y de la organización de un Gran Plan Estratégico y Rediseño de la Movilidad en Mérida, sentando las bases de una nueva dinámica para el futuro. Esperemos que así sea.