Que el presidente López Obrador se compadezca de los pobres que en México hay millones, o de las personas con discapacidad que de igual manera padecen serias complicaciones por no estar incluidos en el desarrollo nacional como se merecen, o por las víctimas de la violencia en México, es algo normal y hasta despierta solidaridad y empatía.
“Lamento mucho que se den estos casos, no quiero que nadie esté en la cárcel, soy humanista, no me gusta hacer leña del árbol caído, es un principio bíblico y espero que esto ya no siga sucediendo, que todos los mexicanos podamos ser felices sin recurrir a actos ilícitos”.
“Es una vida ingrata (el de los delincuentes)”… “estar en un cárcel hostil, dura”. Señaló.
Pero que se compadezca de “el Chapo” Guzman por haber sido condenado por sus delitos como narcotraficante, en verdad no tiene cabida.
AMLO siempre sorprende a todos con sus repentinas declaraciones, pero esta vez, sí nos dejó perpejlos.
¿Como pór qué dijo compadeció a “el Chapo”?, ¿para qué?. Solo él sabe.
No es un asunto de compasión. Es un asunto legal, de justicia. La gente pide justicia. Don Benito Juárez ex presidente de México alcanzó a decir en un momento de lucidez que era casi siempre “a los amigos Justicia y Gracia, a los enemigos solo justicia”.
Debería AMLO no ir más lejos de muestro entendimiento. No estamos preparados para tantas cosas como esas. A un delincuente no le compadece, se le aplica la justicia, más si se le encontró culpable de cosas atroces, como asesinatos, torturas, secuestros, venta de drogas, sobornos, entre otros.
