Inicio Análisis político Enrique Vidales Ripoll Con las baterías recargadas para el 2010: la madre de todas batallas

Con las baterías recargadas para el 2010: la madre de todas batallas

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Es cierto que hay otras fuerzas políticas. Mención especial del Verde Ecologista que ha crecido hasta convertirse en la tercera fuerza electoral, pero no en el terreno de lo político, que se esperaría lograr en este proceso por lo menos con presencia en alguna diputación en el Congreso del Estado. Ni hablar del perredismo que se encuentre seccionado por los apasionamientos de las tribus nacionales, donde no hay orden, no hay estructura, ni ningún trabajo político que los posesione en la lucha por la Alcaldía meridana.

Revisemos con calma el escenario y entorno político que nos avecina para el próximo año.

En primera valdría la pena cuestionar a todos aquellos que le han apostado a querer vender la idea de una Mérida, la de antes a la administración panista, en desorden por los gobiernos del PRI. La mayoría de los electores son jóvenes que no conocen la historia pasada, que solo han visto la forma en cómo hoy se gobierna la ciudad. Jóvenes que se sienten desplazados y decepcionados de pseudopoliticos y líderes que encabezan, desde el Palacio Municipal, programas para ellos.

Una muestra está en la lucha de algunos sectores de estudiantes contra la credencialización que un foro de Facebook sobre el tema, literalmente sacaron a los que dejaron mensajes de origen y fuente panista, recordando como la actual administración no tuvo el suficiente coraje político para lidiar con los transportistas en beneficio de la sociedad estudiantil, pasando el problema político al Gobierno del Estado. Estos se sienten abandonados por César Bojórquez, por la Dirección de Transporte Municipal, por Jesús Pérez Ballote que ya ningún comentario se merece. Por eso fueron repudiados con la única opción de dejar de escribir en el muro de la aplicación web ante el rechazo de centenares de jóvenes que solo dieron a conocer su sentir.

Además, si bien la ciudad ha crecido en infraestructura hacia el norte de la ciudad, el snobismo ha inconformado a toda la población del sur, a los jóvenes que no entienden porque las autoridades municipales no acuden en su atención. La clasificación de “sur profundo” la hicieron ellos mismos, el entonces gobernador Patricio Patrón, al anunciar aquel megaproyecto de Metropolisur, que si bien no era mal en esencia, en el fondo todo mundo supo, gracias al Diario de Yucatán, que las operaciones de sigilo y beneficios a los familiares de la clase panista gobernante eran en verdad lo que los movía, no necesariamente atender las necesidades básicas de miles de meridanos que no tienen suficientes servicios públicos ni la atención debida en salud.

Se entiende que la pobreza y la miseria es muy difícil de erradicar en un sistema económico de mercado, mucho más cuando no se lucha por los cambios trascendentales para modificar la dependencia económica que el sistema económico carga a cuestas. Pero esto no excluye la prioridad de atenderla, de gestionar mejores recursos, de apoyar con programas sociales las apremiantes necesidades de una población que cuenta con los mismos derechos de los que si tienen. No hacerlo es caer en la desigualdad y en la injusticia. Lo que no es ético y condenable.

Esa gente hoy ya quiere hablar. Ya se dio cuenta que el voto si cuenta. Que se tiene la capacidad tanto de poner como quitar gobiernos. Que nadie ya es eterno en el poder. Que si lo desean las cosas pueden cambiar.

Este es un entorno nuevo que abre la competencia electoral. Castigo, posibilidades de cambio, hartazgo, pobreza, falta de atención, decepción en los que hoy gobiernan en la ciudad. Un cóctel que configuran lo que sin duda será la madre de todas las batallas: la elección del 2010, por no solo jugarse la Alcaldía, sino cambiar la visión de gobierno.