“Le agradezco tanto esta visita y confío en la paz”, dijo hoy el Papa Francisco al presidente de Irán, Hassan Rohaní, con quien sostuvo un coloquio privado de unos 40 minutos en el Vaticano.
“Le pido que rece por mi”, respondió el mandatario antes de concluir el encuentro que tuvo lugar en la biblioteca personal del pontífice ubicada en el Palacio Apostólico y en el cual participaron dos intérpretes conocedores del farsi: un sacerdote y una mujer iraní.
Gran expectativa y un fuerte operativo de seguridad acompañaron la llegada al Vaticano de la comitiva iraní, que se dio con algunos minutos de retraso. El encuentro estaba previsto para las 11:00 horas local (10:00 GMT) pero comenzó 13 minutos después.
Tras un saludo entre los dos en la Sala del Troneto, la antecámara de la biblioteca, sostuvieron el coloquio privado. Pasados los 40 minutos, la delegación iraní fue presentada al Papa, quien saludó a cada uno de los integrantes con cordialidad.
Después se pasó a un intercambio de regalos. Rohaní regaló al líder católico un colorido tapete rectangular. “Fue hecho a mano en la ciudad santa de Qom”, explicó. Bergoglio constató la belleza.
Además, el Papa recibió un gran libro con algunas imágenes en miniatura. En contraparte regaló un gran medallón con la imagen de San Martín de Tours que se quita una capa y la da a un pobre. Entonces exclamó: “Es signo de la fraternidad gratuita”.
Asimismo donó una copia en árabe de su carta encíclica sobre el cuidado del ambiente “Laudato Si”. Y apuntó “como no existe una copia en farsi me permito de darle una traducción en inglés”.
Al despedirse, junto a la puerta de salida, el presidente apuntó: “Me dio mucho gusto y le deseo un buen trabajo”.
A su salida Rohaní se reunió –también en privado- con el “numero dos” del Vaticano, el secretario de Estado, Pietro Parolin, quien estaba acompañado por el responsable de las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.
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