Inicio Análisis político Alejandro López Munguía Consulta a la base, tema toral de la Asamblea Nacional del PRI.

Consulta a la base, tema toral de la Asamblea Nacional del PRI.

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Ivonne Ortega Pacheco.

No es lo mismo que salga un candidato por dedazo, que sea electo por la militancia. No es lo mismo que te regalen las cosas, a que te las ganes por tu propio esfuerzo. La competencia dignifica la democracia. Así lo creo.

Hoy más que nunca el PRI necesita el respaldo de su militancia. Seguramente habrá quien lo de como un hecho, sin embargo, la situación rumbo al 2018 es muy especial, por el riesgo tan grande que existe de que el tricolor pierda la elección y caiga a un tercer lugar, algo por demás caótico que ya sucedió en el 2006.

La directiva nacional ha dado la señal de arranque y las directivas estatales han anunciado ya una serie de reuniones donde dicen, escucharán a la militancia. Quieren llegar a la Asamblea Nacional bien “nutridos”, “fortalecidos” aseguran. Y seremos testigos de cómo el Revolucionario Institucional se introducirá en un túnel buscando la salida.

Habrán debates entre los que piden se elijan a los candidatos por la vía de la Consulta a la Base y otros, que apuesten por la vía de la Asamblea de Delegados (Consejo Político). Es decir, entre la democracia abierta y la democracia dirigida. Mejor dicho, entre la democracia y la línea. Al final apuestan, afirman, por la unidad.

El tricolor entrará en un ejercicio sano que le permitirá escuchar a sus militantes, que tienen mucho que decir.

El eje de toda la discusión será el método de la selección del candidato a la Presidencia de México. Y aquí está el detalle. ¿Es viable la consulta a la base?. ¿Está preparado el PRI para dejar que los militantes elijan abierta y libremente a su candidato?. La respuesta es sí.

 

Ivonne Ortega Pacheco ha manifestado abiertamente su intención por competir internamente para ser la candidata presidencial del PRI en el 2018 y pide que se consulte a la base, porque la gente que milita en el Revolucionario, desea elegir libremente a su candidato. Coincido con ella.

Creo que en el PRI han alcanzado la madurez para elegir al candidato presidencial por esa vía, sin dividirse. A lo largo de su existencia esa institución se ha consolidado como tal, siendo puntal del desarrollo democrático de México. Pasó de ser el partido hegemónico a la oposición, y pudo regresar a la Presidencia tras apuntalar su estrategia. Está listo y preparado para elegir al candidato presidencial dejando que la gente lo guíe.
El PRI es el partido que más enseñanza tiene de la democracia en México. Es el partido más poderoso del país y por ende, es el que más militancia registra. Es el partido que inspira más confianza, por eso tiene más militancia.

Y ha llegado el tiempo de que el PRI confíe plenamente en su militancia. En el pasado se intentó, y no se optó por esa alternativa. La consulta a la base solo podía darse si el partido contaba con esa madurez. En aquellos tiempos definitivamente no era viable.

Pero la gente que milita en el PRI ya maduró. La militancia alcanzó la madurez y está lista para ejercer su voto y elegir a quien considere será el candidato ganador a la Presidencia de México.

El PRI enfrenta un grave desprestigio, pues sus gobernadores le fallaron. El PRI puede lavarse la cara si demuestra confianza en su gente. Si persiste la práctica de la línea, mejor conocida como el “dedazo”, entonces podría perder irremediablemente.

El enemigo del PRI no es López Obrador, el enemigo fundamentalmente está adentro, y es el desánimo. La militancia priísta está desgastada. A lo largo de todo el territorio nacional, los priístas han visto a sus gobernadores servirse con la “cuchara grande”. A ellos y a sus colaboradores. La corrupción y la impunidad abrazan al partido y lo condenan. Ochoa Reza no ha podido, ni podrá, lavarle la cara al PRI, pues él representa a esa clase gobernante que permitió la corrupción y protegió a los corruptos por largo tiempo. Atraparlos representaba el menor de los costos. Tarde o temprano había que atraparlos y pues, era mejor ahora. La estrategia es atraparlos ahora, al menor costo político posible.

El voto duro del PRI oscila alrededor de los diez millones de mexicanos. ¿Cuántos de ellos están animados y vigorosos rumbo al 2018?.

El PRI podrá competir en la elección presidencial, solo si presenta un candidato que esté respaldado por la militancia, de forma auténtica. De lo contrario, “arrastrará la cobija”.

La consulta a la base no es una tragedia, sino una alternativa viable para salir del túnel. Solo la militancia salvará de la derrota al PRI en el 2018.

Los gobernadores, así como los presidentes de los comités directivos estatales, deben aceptar que la consulta a la base es la mejor opción. De esa forma, los candidatos tendrán oportunidad de ganar. En Yucatán, existen ejemplos, uno muy ilustrativo, es Nerio Torres Arcila, que perdió debido a que no obtuvo el respaldo pleno de la militancia.

Un candidato presidencial electo por la militancia por voto libre y secreto, obtendrá la legitimidad que le urge al PRI ante la sociedad mexicana.

La imposición del candidato presidencial, reducirá en mucho, las posibilidades del PRI de retener la Presidencia. Y así será también con todos los candidatos.

Consulta a la base y tras la elección, la inclusión. El proyecto ya existe, se llama PRI.

El Revolucionario Institucional está listo para decidir si quiere ganar o terminar como JC Chavez Jr.