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Crece consenso en Congreso de Yucatán para avalar préstamo por 1,728 mdp para obra pública

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Avanza consenso en el Congreso para avalar préstamo por 1,728 mdp

Cada día que pasa crece el consenso dentro del Congreso de Yucatán, para aprobar la solicitud de un préstamo que hizo el Ejecutivo Estatal, hasta por 1,728 millones de pesos para invertir en obra pública. Y es que, el planteamiento tiene un argumento sólido y poderoso, debido a la falta de recursos para incentivar la inversión pública y propiciar la reactivación de la actividad económica en la entidad. Entre los Diputados locales va tomando forma el hecho de asumir que no es por costo político, sino por razones de humanidad, el ayudar a la población de forma urgente a recuperar el nivel de vida que tenían.

La propuesta del Ejecutivo Estatal va tomando cada día más fuerza en el seno del poder legislativo, toda vez que la crisis apremia cada día. En bastas zonas del estado se resiente la gravedad de la crisis alimentaria generada por la falta de ingresos, toda vez que miles de yucatecos perdieron sus empleos a causa de la Pandemia por el Coronavirus.

Poco a poco va tomando forma el consenso, principalmente de contar con suficientes recursos públicos para generar las oportunidades que detonen el empleo. El asunto se centra primordialmente en la necesidad de crear mecanismos que permitan vigilar que los recursos del préstamo se usen de forma adecuada, transparente, sin corrupción, y con una oportuna rendición de cuentas.

Los legisladores van tomando consciencia de lo importante que es ayudar a la gente mediante la inversión pública. Han ido comprendiendo la trascendencia de fortalecer las cadenas de valor económico, pues una vez que las empresas pagan sueldos a sus empleados, éstos llevan su dinero a sus familias, donde sus esposas hacen las compras necesarias y los pagos de los servicios indispensables para el buen funcionamiento del hogar. Con ello se reactivan las tienditas de la esquina, la carnicería, la pollería, la tortillería, la frutería, el súper. También pueden pagar colegiaturas, internet, la luz eléctrica, la hipoteca de la casa, el crédito de la tienda departamental (Coppel, Elecktra, Sears, etc.).

El Senador Jorge Carlos Ramírez Marín lo enfoca de forma acertada cuando centra el asunto en la necesidad de crear confianza en la sociedad. Confianza de que el dinero del préstamo no será utilizado con fines siniestros.

Los ciudadanos nos hemos quedado solos. La evidencia está en los hechos, la clase media en Yucatán se ha quedado sin apoyo. Miles de yucatecos no ven la salida, y sí en cambio, padecen la mano dura de la Comisión Federal de Electricidad que en plena Pandemia está cobrando hasta 5 veces más cara la luz. Los bancos no han perdonado intereses, los han diferido que es diferente, las escuelas no dejan de cobrar las colegiaturas con la amenaza de que los alumnos pierdan el curso escolar, el semestre o el trimestre. Los contribuyentes no han dejado de pagar sus impuestos. Nadie apoya a la clase media, que oscila alrededor de un millón y medio de personas en el estado, siendo la población estatal cerca de 2 millones de habitantes.

90 centavos de cada peso del que dispone el gobierno del estado de Yucatán provienen de la federación. Y todo está etiquetado. El dinero no está en una bóveda a disposición del Gobernador. No es como una tienda de la esquina. Todo está sistematizado y ordenado en partidas presupuestales que no pueden ser desviadas, es decir, el Gobernador no puede disponer de algo que ya está etiquetado para usarlo a su libre albedrío. Hay quienes en su ignorancia se imaginan que esto es posible pero están en un error. Y lo peor, es que el gobierno federal no ha enviado recursos adicionales para enfrentar esta Pandemia. Las despensas de Segalmex incluso las vende en vez de regalarlas entre la población más necesitada.

Yucatán necesita más recursos frescos, dinero disponible para invertir en la construcción de carreteras, escuelas, domos, plantas, mercados, parques públicos, casetas de vigilancia, etc. Para crear 30 mil empleos que definitivamente detonarán la economía de la población. Empleos para los yucatecos. Plomeros, carpinteros, mecánicos, administrativos, ingenieros, médicos, auxiliares, electricistas, y más, podrán incorporarse a la vida productiva de forma real.

Hay quienes pretenden escandalizar a la población asegurando que el endeudamiento llevará a Yucatán al infierno, pero tal vez lo hacen por ignorancia, pues el apalancamiento es una opción financiera viable, que bien administrada, ayuda a solventar proyectos de vida exitosos. Las finanzas públicas no son las de una fonda, sino de un gran sistema que con la vigilancia del Congreso del Estado, será vital para darle vida de nuevo al estado.

Yucatán no puede morir ahogado por la falta de liquidez. Está visto que el gobierno del estado está solo y que los yucatecos han esperado muchas semanas sin que vea la ayuda del gobierno federal. Con trabajo, vamos saliendo, y el dinero del primer préstamo está circulando. Pero es insuficiente.

Yo en lo personal creo que no solo se debió solicitar 1,728 millones de pesos, sino 5 mil millones de pesos para generar cerca de 200 mil empleos. Porque está en juego el hambre y la supervivencia de los yucatecos, en especial de quienes llevan sin comer desde hace varias semanas, y que por esa razón, han colgado en las puertas de sus hogares pañuelos rojos pidiendo ayuda. Las millón 800 despensas que el gobierno está repartiendo no han sido suficientes, porque en economía, no hay dinero que alcance.

De este tamaño es la gravedad de nuestra situación. Pero es muy buena noticia que en el Congreso el Estado, el consenso empieza a ser mayoritario. Pronto, así parece, el gobierno de Mauricio Vila Dosal podrá contar con 1,728 millones para echar a andar la obra pública emergente.