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Cuidado del Rostro con aceites esenciales

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¿Acaso no estamos día a día con la competitividad y la complejidad de la vida y sus desafíos con mucho estrés que nos impide gozar de una buena calidad de vida?

¿Será posible que los aceites esenciales pueda ser un gran remedio para apaciguar nuestro cuerpo y con el calmar el espíritu?

Desde la antigüedad, los hombres y las mujeres encontraron en la naturaleza los elementos idóneos para resguardarse del propio medio ambiente, así como también, de proveerse de remedios para curar el cuerpo y de apaciguar las emociones.

Los aceites naturales y esenciales son elementos que encontramos en el medio ambiente, que tiene propiedades aromáticas agradables producto de las fragancias de las flores y que se le han atribuido en algunos casos de propiedades farmacéuticas. Por lo cual su uso se ha destinado al uso de aromaterapia, así como también en la cosmetología y la perfumería.

Los aceites naturales y esenciales son líquidos con escasa solubilidad en agua, solubles en alcoholes y en disolventes orgánicos. Cuando están frescos, a temperatura ambiente, son incoloros, ya que al oxidarse se resinifican y toman un color amarillento oscuro.

Hay muchos tipos de aceites producto de la diversidad floral en la naturaleza. Lo que también produce una variedad de aceites con propósitos diferentes. Los hay para el cuerpo completo, para el relajamiento muscular, la reducción de grasas corporales y hasta para curar heridas superficiales.

Para el caso del rostro no se le resta importancia. En la cara convergen una serie de músculos que unidos nos ofrecen la complejidad de la expresión facial, pero también influyen en la fonación que permite la expresión de las palabras y de la comunicación entre nosotros y en la deglución de los alimentos que nos dan la posibilidad de obtener los nutrientes para sobrevivir.

¿No merece entonces nuestro rostro el relajamiento necesario para que todas esas funciones y movimientos musculares sea los pertinentes y adecuados para mejorar la calidad de la vida?

Con los aceites esenciales en el rostro nos ayudan a reducir el deterioro de la piel que derivan en la presencia de arrugas, paso inevitable del tiempo. También nos permite suavizar la expresión y mejorar con ello la forma de interactuar con los demás. Es por ello, que debemos aprovechar las bondades de los aceites naturales.

Hay cuatro opciones. En primera instancia tenemos el aceite esencial de romero para el tratamiento del rostro y el pelo. Las funciones antioxidantes nos ayudan a detener el envejecimiento.

De los cítricos obtenemos el aceite esencial de Bergamota con un aspecto más rugoso y que es un potente antioxidante, cicatrizante y muy buen revitalizante. De tal modo que es una buena opción para las personas que se preocupan por el envejecimiento.

Uno de los aceites más utilizados por su aroma es que se obtiene de las rosas. Muy usado en los salones de belleza para los tratamientos faciales y robustecimiento de la piel por sus propiedades regeneradoras, hidratantes y rejuvenecedoras. Una combinación de beneficios que nos ayuda a quitarnos algunos años de encima.

Por último, tenemos el aceite de es otro aceite de pomelo de origen cítrico que es muy útil por ser un gran antiarrugas y rejuvenecedor de la piel.

Como ves, hay muchos beneficios que están en la propia naturaleza. Solo es cuestión de darnos un tiempo para nosotros, para el cuidado de cuerpo y de la paz interior.