Si quedaba alguna duda, Renán Barrera la mató el día que fue a visitar a su jefe político César Bojorquez Zapata en las oficinas del Infonavit. Y aunque la justificación de Renán es que fue a “acordar” con la institución para dotar de viviendas a los trabajadores del Ayuntamiento de Mérida, queda claro que es mentira, pues César termina su gestión el 1 de diciembre cuando el gobierno federal actual termina su gestión. Luego entonces, aunque quisiera, no podría acordar absolutamente nada.
El impacto es mediático. Fiel a su costumbre – y hasta enfermiza permanente apuesta – Renán posa en ese acto para las càmaras para luego difundir sus fotos en las redes sociales y diversos medios de comunicación.
El mensaje es claro, ambos políticos quieren dejar en claro que regresaron. Que a pesar de todo, vencieron a sus enemigos: Patricio Patrón Laviada y Beatriz Zavala Peniche. Y peor aún, quieren hacerle saber al PAN como partido, que necesitan del Ayuntamiento para “ser algo en la vida”.
La apuesta es conocida. En el 2008, César Bojorquez afirmó que sería el líder moral del PAN. Fracasó en su intento. Pero llega el retoño. Hermanados con Rommel Uribe, Sergio Chan Lugo, Lol Bé Carrillo, asientan a sus amigos para efectuar su trabajo administrativo, con la firme intención de tratar de influir en la vida política teniendo a su favor el único presupuesto público.
Así las cosas, Renán Barrera es la reencarnación de César Bojorquez y así lo dejaron ver con ese gesto absurdo pero lleno de mensajes políticos hacia el PAN.
