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Decálogo de nuevos hábitos básicos

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Lavarse las manos continuamente tendrá que ser una de las bases en la vida cotidiana de los mexicanos a partir de ahora. La importancia del jabón y detergente reside en que el virus no resiste luego de aplicarlos.

Aprender a toser y estornudar en la parte interna del codo para evitar, primero diseminar las cepas en el ambiente, y luego al contacto con las manos y objetos.

No escupir en la calle debe evitarse totalmente, debido a que las flemas son un fluido, además de que contienen saliva, una de las principales vías de contagio.

Usar cubrebocas, sobre todo, al utilizar el transporte público o en sitios donde haya una concentración masiva de personas. Para los niños pequeños es recomendable que asistan a la escuela con uno, mientras baja la alerta.

El cubrebocas no evita el contagio, pero evita contagiar, o por lo menos, disminuye la propagación al toser y estornudar.

Portar gel antibacterial cuando no es posible lavarse las manos con agua y jabón. Por ejemplo al subir o bajar del transporte público, pues hay zonas de contacto común, como pasamanos, asientos, boletos e intercambio de dinero.

Tirar los papeles higiénicos utilizados para limpiar la nariz o para tapar la boca al toser en una bolsa de plástico cerrada para evitar que el contagio al tirar la basura o peor, aún en la vía pública.

Tirar colillas de cigarro con el mismo tratamiento que se le dará los pañuelos desechables y cubrebocas, pues al momento de colocarlo en la boca, la saliva depositada en el filtro contiene material viral.

Desinfectar con algunas gotas de cloro los trastes y cubiertos. Es recomendable a la mezcal de agua y jabón que se utiliza para el lvado, agregar unas gotas de cloro, posteriormente al lavado de trastes, dejar que se sequen perfectamente para evitar ingerir el desinfectante.

No automedicarse en cualquier caso de enfermedad, pues automedicarse agrava el problema, debido a que no hay diagnóstico y por ejemplo, en caso de registrarse un virus nuevo, los médicos lo desconocen y el caso se pierde, por lo que las autoridades no se enteran de un brote nuevo.