Inicio Análisis político Columnista MPV El arte de amar lo que haces

El arte de amar lo que haces

Nadie nos obliga a decidir en qué invertir el activo más valioso que tenemos los seres humanos: el tiempo de vida. Cada minuto da paso al siguiente en un abrir y cerrar de ojos, y si no los tenemos bien abiertos, los años pueden pasar sin previo aviso. Como un libro con hojas en blanco por llenar, aparece un nuevo día, y este preciso amanecer da cuenta de ello. Estás leyendo tu vida, parado (a) frente a un espejo… ¿Te gusta lo que ves?

Si la respuesta es sí, enhorabuena, has descubierto el arte de amar quién eres y eso implica también, amar lo que haces. Si la respuesta es no, que la preocupación no te haga su presa, sino la ocupación. Mientras haya vida, hay esperanza. Pero ¿Qué es el amor? Para definirlo, es valioso comprender qué no es, para que por contraste con lo negativo, caigamos en la cuenta de lo positivo. Tomando como base de lo que es el amor de verdad, lo que enseña 1 de Corintios 13 (RVR1960), y no lo que la mercadotecnia actualmente plantea que es más un culto al hedonismo y a la utilización de las personas como objetos, olvidando que a los objetos se les usa, pero a las personas se les ama y no al revés, tenemos lo siguiente:

La preeminencia del amor

13  Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.

Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad.

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;

10 más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.

11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.

12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Tras una lectura a conciencia de lo que implica el amor de verdad, si somos honestos y nos realizamos un autodiagnóstico, podríamos ver cuán imperfectos somos aún en el arte de amar. Y esto es comprensible, debido a nuestra naturaleza humana. Sin embargo, existe una solución ante este mal de la humanidad: el bien de Dios, quien es Amor en sí mismo, y si nos llenamos de Él, fluirán desde nuestro corazón hacia afuera, ríos de agua viva como decía Jesús al referirse al Espíritu Santo que habitaba en Él.

Cuando estamos llenos del amor inacabable de Dios, podemos brindarlo a cántaros a los demás. Pero si queremos amar en nuestras humanas fuerzas, será no sólo difícil sino imposible, ya que como seres limitados tendemos al egoísmo, y si no hay algo sobrenatural, o más allá de lo puramente físico que nos impulse a amar, nuestros intentos terminarán reflejando lo que hoy vemos por doquier: guerras, violencia, masacres, abusos, injusticias, y todo lo que es por naturaleza contrario al amor de Dios. Amar es un arte, y amar lo que hacemos es el reflejo de saber para qué fuimos diseñados. Así como el ojo fue diseñado para ver, el oído para oír, y los pies para caminar, también nosotros contamos con un diseño único, especializado, detallado y generado por las manos sabias y bondadosas del mejor alfarero.

Cuando vivimos según ese diseño nos sentimos felices, en paz, y somos prosperados en todo sentido. Es decir, fluimos dentro de la voluntad y plan perfecto de Dios para nuestras vidas. Cuando estamos realizando algo que es contrario a nuestro diseño, y a la voluntad de Dios, nos sentimos frustrados, desesperanzados, amargados, enojados, y ello se nota. ¿Te has preguntado alguna vez, cuál es tu diseño? Si aún no lo sabes, te compartiré algunas preguntas que considero valiosas para ayudarte a descubrirlo:

1.- Desde tu niñez ¿qué habilidades naturales has notado que posees y otros también estarían de acuerdo contigo en ello?

Respuesta ejemplo: Desde niña, me di cuenta de que tenía de manera natural una facilidad muy marcada para aprender en distintas áreas del conocimiento y para comunicarme. Entendía conceptos difíciles y los explicaba de manera fácil. La creatividad siempre jugó un papel muy importante en mi vida, al mismo nivel que la lógica.

2.- ¿Qué intereses han sido relativamente constantes en tu desarrollo como persona, a lo largo de los años?

R: Leer, escribir, aprender, enseñar, comunicar, la creatividad aplicada a la solución de problemas.

3.- ¿A qué te dedicas en la actualidad?

R: Fundé mi propia academia llamada DEYAV “Desarrollo Emocional y Académico con Valores”, en donde doy clases de matemáticas, física, química, español, inglés, cursos propedéuticos para exámenes tipo CENEVAL (EXANI 1, 2 y 3), orientación psicológica y educativa, así como cursos y conferencias a empresas y organizaciones.

4.- ¿Eres feliz haciéndolo?

R: Totalmente. Me pagan sin trabajar. Fluyo en ello, mis alumnos notan el amor que le imprimo a ello, les gustan mucho mis clases, aprenden y logran el éxito académico, siendo ellos quienes me recomiendan posteriormente, de boca en boca, y no una publicidad pagada en ningún medio de comunicación. Mi academia lleva cientos de casos de éxito y crece cada día más.

5.- Si no te dedicaras a lo que actualmente realizas ¿qué harías?

R: Creo que sería escritora de tiempo completo. Amo escribir, tengo ese don, y me dedicaría a ello como vocación de vida, acompañado de brindar conferencias sobre temas diversos que ayuden a las personas a ser mejores cada día, en todas las áreas que nos conforman: espiritual, psicológica o del alma, y física.

Espero que las preguntas guía anteriores, te ayuden a descubrir un poco más acerca de tu diseño divino, de aquello que naciste para ser de manera natural. Una vez que lo encuentres, dedícate a ello, y serás no sólo feliz, sino que caminarás en paz, con amor y muy ben decido para bendecir.

 

Psic. Deyanira Trinidad Álvarez Villajuana

Tel. 01-999-926-06-19 Cel. 0449991-20-66-69 Mérida, Yucatán, México. Sitio web: www.deyav.com