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El Centro Vacacional Isstey podría venderse para salvar al Isstey de la quiebra.

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En puerta, posible venta de activos del Isstey.

Como parte de la solución para salvar la situación financiera del Isstey, no hay que descartar la posible venta de los activos más valiosos de la institución. La Secretaria General de Gobierno, María Fritz Sierra ha abierto la posibilidad al aceptar que están valorando las opciones.

para nadie es un secreto que una de las formas viables para acceder a dinero fresco y rápido es vender propiedades que son activos de la institución. Lo obvio es que se pongan a la venta lo posea más valor en el mercado.

El Centro Vacacional Isstey, que tiene hotel, restaurante, balneario y una extensión de playa considerable, así como otras bellezas, podría ser una opción. De hecho trascendió que existe el interés de empresarios yucatecos en adquirir la propiedad, hacerla más rentable y venderla a empresarios europeos en un costo superior al que lo habría comprado al Gobierno del Estado.

Sin duda es una posibilidad que de concretarse daría al traste con el patrimonio de los yucatecos y de los trabajadores en activo y en retiro. El Isstey no merece tal futuro. Si bien es cierto que presenta una situación financiera en caos, también es cierto que existen otras opciones. Una de ellas es procesar a los responsables del quebranto y congelar sus cuentas bancarias, confiscar sus propiedades mal habidas y devolver al estado todo lo robado.

Tampoco sería una opción vender la tienda Isstey. Desde su apertura, ha sido un símbolo de empoderamiento y de orgullo para todos los yucatecos, en especial para los trabajadores. No hay que desesperarse, las decisión no está en rematar al mejor postor el patrimonio del estado, sino de optar por la mejor opción. Rescatar al instituto mediante otras fuentes. La austeridad de verdad, y tal vez un préstamo podrían ser la solución. Eso sí, los responsables del quebranto deben pagar por ello, no con apercibimiento, ni con impedimentos de volver a ocupar cargo alguno, sino de cárcel, por todo el daño patrimonial que le infligieron al instituto.