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El clamor y enojo de la gente es Unánime

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El concepto de clase parece desvanecerse en esta contienda electoral, hoy la exigencia popular es compromisos concretos y no mucho rollos en ventas de ideas ideológicas.

Hay un nuevo actor político que se espera que llegue a las urnas este 1º de Julio y exprese lo que realmente quiere y necesita, para su familia y para México, aunque este nuevo ciudadano en realidad es individualista.

Estriban dos polos que se enfrentan en esta contienda, los satisfechos y los insatisfechos. La segunda (insatisfechos), podríamos ubicar a la clase plural oprimida, los pobres, los desdichados, para ellos el orden establecido es opresión y, por ende, la política para ellos se ha convertido en lucha, el primer sector (los satisfechos), el orden establecido es garantía, y su integración a ella lo tendría satisfecho.

Pero en donde pondríamos a los actores políticos que aspiran a un cargo de elección popular. Nos hemos preguntado los ciudadanos el por qué los partidos políticos y sus principales actores niegan la verdadera participación política de los ciudadanos para aspirar a representar a un sector de su población. No ceden, los chapulines están primero que los ciudadanos.

El ciudadano debe ser el actor principal en los partidos políticos, su fuente de motivación para la acción política y de verdadera representación ciudadana. Porque ellos mas que nadie saben donde viven, como se transportan, que consumen y su costo, como es tratado el ciudadano en los servicios públicos, si en realidad le ofrecen una buena cultura y educación, si el salario mínimo es suficiente, etcétera.

Ante este panorama que presentan los partidos políticos, al ciudadano no le queda mas remedio que exigir que los aspirantes a los diversos cargos de elección popular aclaren lo que hablan y prometen, porque no han podido aclarar de donde van a obtener tanto dinero para esos proyectos que tanto vociferan.

La sociedad mexicana queda a la expectativa, y están seguros que los ciudadanos va a seguir pagando de una u otra forma los paliativos que quieren emprender.

Creó, ante estas circunstancias, puntuales el reclamo de la sociedad justas y nos nos queda de otra que darles la razón. Porque hacen cuentas y cuentas los futuros gobernantes y las cuentas nos les salen.

Sin mas darle vuelta al asunto, es coherente el reclamo popular, solicitar a cualquiera que llegue a ser gobernante, reduzca el dinero de los partidos políticos nacionales y estatales, y al mismo tiempo reducir el pago excesivo de los diputados y senadores.

Y por su puesto será sano el comprometerse a adelgazar el estado obeso, a la burocracia hay que pagarles lo justo pero no lo exagerado que hoy reciben, muchos reciben salarios muy ostentosos, dinero que salen de nuestros impuestos.

Utilizar ese dinero para desarrollar y apoyar los servicios sociales que hoy carecen la mayoría de los mexicanos.

Aplicando las últimas propuestas se podría pensar en la redistribución equitativa de la riqueza. Eso sería aplicar el concepto de la adecuada redistribución de la riqueza, remediaremos una situación de limitación o dependencia que sufren muchas personas por falta de recursos económicos como en la cuestión de salud, educación, de vivienda digna, etcétera. Eso si ayudaría a empezar a borrar muchas desigualdades.

De esa manera se podría compensar los malos salarios que reciben los trabajadores; porque el pensar que subirán los salarios mínimos a 350 pesos cantidad que necesita un jefe de familia para poder alimentar adecuadamente a su familia y a su vez tener a su esposa mas tiempo con la familia y a sus hijos estudiando en vez de salir a subemplearse para a completar el gasto familiar, es en realidad un reclamo justo. Pero el prometernos aumentar el salario minino, es una táctica perversa que hoy usa los partidos políticos y sus candidatos.

La verdadera voluntad recuperara su sitio, tarde o temprano.