Inicio Análisis político Alejandro López Munguía El derecho al saneamiento del Agua y la distribución de Tinacos

El derecho al saneamiento del Agua y la distribución de Tinacos

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Recientemente se ha criticado con cierta ligereza la distribución de Tinacos por parte del Gobierno del Estado de Yucatán. Y es que, quienes juzgan los ven como un simple objeto de plástico, grande y redondo. La verdad es que los que critican están ignorando el fondo, es decir, la esencia y la utilidad. Podríamos decir que incurren en la irresponsabilidad al no profundizar en una materia casi sagrada: los Derechos Humanos.

Sin ánimos de entrar al terreno del fondo jurídico, debo mencionar que el acceso al agua potable y al saneamiento del agua, es un derecho humano reconocido por la ONU. En la resolución 64/292 de la Asamblea General, de 28 de julio de 2010, queda establecido como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida.

Luego entonces, el Tinaco, es un instrumento que fortalece el saneamiento del agua y la protege para que pueda ser disfrutada por las personas, en este caso, por los yucatecos, de manera tangible y oportuna.

Es una acción bien pensada por parte del Gobernador Rolando Zapata Bello. Es una acción de gran responsabilidad social, que viste su gobierno y lo conecta con los grupos de población que menos tienen y más lo necesitan. Serán más de 21 mil Tinacos entregados a igual número de familias en todo el Estado.

La crítica hacia el reparto de los Tinacos que en los últimos días se ha generado, queda obsoleta ante la utilidad que éstos tienen, en la preservación de la salud y el cumplimiento de los derechos humanos.

La esencia es precisa, no hay espacio para la duda y menos para la irreflexión: la distribución de los Tinacos, debe continuar pues significan un beneficio directo para las familias yucatecas.

El tiro de gracia: para medir la calidad de vida, uno de los indicadores es precisamente el de contar con agua al interior de la vivienda. Y el Tinaco, garantiza que esto se cumpla. Porque se puede tener agua afuera de la vivienda pero no dentro de la misma. Esta precisión es oportuna para definir con claridad la medición del desarrollo de la población yucateca.