Inicio Análisis político Alejandro López Munguía El movimiento Hormiga va a crecer…

El movimiento Hormiga va a crecer…

2164

El movimiento hormiga va a crecer…

Si algo caracteriza a las hormigas es que son incansables, por tanto, tenaces y se multiplican. El movimiento “hormiga”, integrado por jubilados y pensionados del Isstey y por muchas organizaciones más se está multiplicando.

Ya no es el grupo aislado que nació por la inconformidad ante una mala decisión administrativa del Isstey, sino un gran movimiento de consciencia y reclamo social, ante el injusto establecimiento de nuevos impuestos y el alza en los servicios que presta la administración estatal.

Y aunque en presencia aparentan ser pocos, en esencia, son miles de yucatecos que se van sumando a la causa. Las redes sociales dan fe de ello.

Han perdido el miedo a decir las verdades que les lastiman. Repudian sin recato las medidas impuestas por el gobierno del estado, que fueron avaladas por el Congreso y exigen al Gobernador Mauricio Vila que de marcha atrás en la imposición de la nueva carga tributaria.

Pero el Gobernador no les escucha. Ya tomó la decisión de ir de frente y no voltear para atrás, porque, así dice el dicho político “para atrás ni para tomar vuelo”. Tremenda decisión.

La mecha está encendida. El movimiento hormiga lo integran madres de familia, adultos mayores, hombres y mujeres que ya no tienen nada que perder, pues casi casi, lo han perdido todo. Los acompañan muchas organizaciones que exigen oportunidades, también están trabajadores que fueron despedidos injustificadamente; profesores y trabajadores de la educación que han sido perjudicados en sus derechos; y muchos ciudadanos de a pie, que también están insatisfechos, inconformes con la forma en la que se está gobernando.

No tengo ni idea de cómo está leyendo el escenario actual el Señor Gobernador de Yucatán. Pero es evidente que la estabilidad política está en peligro. Las luces amarillas son intensas. Ha fallado la operación política para conducir el diálogo. No poseo los elementos para distinguir con precisión en dónde, en quiénes está el error o la incapacidad, pero puedo intuir que la estrategia no ha dado buenos resultados.

Al Gobernador ya no le basta con tener la votación de la mayoría de los diputados. Ya no le basta con tener el apoyo de unos empresarios. Tampoco le basta con tener el apoyo de su partido. Necesita más pueblo.

Pero para ello, deberá tender puentes. Es necesario que el Gobernador tome decisiones radicales que cambien la ruta de colisión que lleva el barco. Porque el choque se ve venir. El pueblo, representado por el movimiento hormiga abandera una causa poderosa: acabar con la injusticia que lastima su economía.

Ante esto, el Gobernador no puede enfrentarse con ánimo victorioso. Nunca es bueno medir el pulso con el pueblo. Porque el pueblo siempre gana.

Hoy escuché al movimiento hormiga gritar “fuera Vila”, en muchas ocasiones. Fue un grito con emoción, un grito de molestia, un grito decisivo.

La política no es para sobrellevarse. En ella, se debe poner alma, vida y cerebro. Mucho cerebro, pues nada bueno resulta cuando el pueblo se enoja con su gobierno.