Más decepciones que aciertos. AMLO a un año de su victoria electoral.
El 1 de julio del 2018 los que votaron por Andrés Manuel López Obrador se llenaron de júbilo y de alegría. Creyeron que las cosas cambiarían de tajo en el país una vez que asumiera el cargo de Presidente de la República.
Fueron largos 18 años los que pasó el tabasqueño buscando ser el mandatario de México, prometiendo justicia para todos.
López Obrador no vaciló ni un momento en utilizar un lenguaje duro y soez, provocativo y retador frente a lo que dijo se conocía como “la Mafia del Poder”.
Y llegó el 1 de diciembre del 2018, AMLO se regodeó y a partir de ese momento todo cambió incluso para sus seguidores.
Ni tardo ni perezoso ordenó el recorte de plazas de la estructura del gobierno federal y miles de burócratas que incluso votaron por él se quedaron en la calle. La gran mayoría se quedó a la deriva, sin derechos y sin nadie a quien recurrir.
AMLO ordenó un ajuste en el presupuesto de las dependencias, y casi de inmediato los medicamentos empezaron a hacer falta en los hospitales y clínicas. La crisis de medicamentos hizo sufrir de más a millones de mexicanos.
El Presidente recortó presupuesto a todos los gobiernos estatales y suprimió la inversión pública. El financiamiento para muchos programas de investigación científica y tecnológica se redujo al máximo y se cortaron las becas de estudio para muchos jóvenes estudiantes.
Desapareció las estancias infantiles, creó su propia base de electores para las elecciones del 2021 y del 2024, al poner en marcha los programas de becas para “ninis”.
La gasolina, que prometió bajaría de precio “una vez que ganara nuestro movimiento”, se mantuvo bajo la misma operación y al contrario, siguió subiendo.
Desapareció la inversión del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México teniendo el gobierno que absorber una deuda por varios miles de millones de dólares por contratos firmados con empresas.
El combate a la corrupción que tanto arengó en campañas políticas, una vez que asumió el poder la olvidó. AMLO ya cantó el perdón para los integrantes de la Mafia del Poder.
Es mucha la literatura sobre los graves desaciertos de AMLO, pero hay que resaltar fundamentalmente su conducta dócil y servil a los intereses de Donald Trump.
El Presidente de los EEUU obligó a México a doblar la rodilla y a hacer su santa voluntad. La guardia nacional creada para combatir delincuentes, se convirtió en el muro que prometió Trump.
Al interior de su propio gabinete hay revuelta. La renuncia de Germán Martínez al frente del IMSS fue un golpe brutal para el gobierno de la 4T. Millones de enfermos padecen por falta de medicamentos, lo increíble es que hay el dinero pero lo que no hay es la voluntad para comprarlos. Aseguran que es porque los procesos están minados de corrupción y las empresas que los venden quieren fijar sus reglas corruptas, sin embargo, la gente se muere en los hospitales, y en las UMAES. El sector salud colapsa.
AMLO siempre tiene otros datos, incluso cuando sus propios seguidores lo han cuestionado de frente, como Ricardo Rocha el periodista que le reclamó “¿Por qué me tratan así?”.
El Presidente está con la conciencia tranquila, afirma, pero los mexicanos no lo están. No al menos los que no cobran las becas para ninis, o los demás. México es un país de necesidades que este presidente no quiere ver.
La violencia en México sigue siendo de escándalo. No bajó la criminalidad ni un mínimo. Su propuesta de meter a los militares a los cuarteles fue mentira. Ahora forman parte de la guardia nacional.
Todos los días hay renuncias de funcionarios y despidos de gente inocente. El Presidente necesita dinero para su base electoral, lease: Programas sociales.
Los mexicanos se mueren de hambre por falta de empleo y de sustento y AMLO le regala 30 millones de dólares a EL Salvador.
El País va en picada. Y el Presidente apenas va en los primeros 7 meses de su gobierno.
La popularidad de AMLO ya bajó sustancialmente, en tan poco tiempo y de forma acentuada.
