El pontífice envió este mensaje al director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, dado a conocer por la sala de prensa del Vaticano.
“Garantizar a personas y pueblos la posibilidad de derrotar el flagelo del hambre significa asegurar a ellos un acceso concreto a una adecuada y sana alimentación”, sostuvo.
“Se trata de una concreta manifestación del derecho a la vida que, pese a ser solemnemente proclamado, a menudo queda muy lejos de una plena actuación”, añadió.
El Papa ponderó la urgencia y la necesidad de intervenciones a favor de “todos aquellos privados del pan cotidiano” a causa de la falta de condiciones de seguridad alimentaria adecuadas.
Estableció que la crisis actual impacta “sin distinción” todos los sectores de la economía y golpea particularmente “en manera grave” al mundo agrícola, donde la situación se vuelve “dramática”.
Por ello, indicó, esa situación exige a los gobiernos y a los diversos componentes de la comunidad internacional tomar decisiones “determinantes y eficaces”.
Entre otras cosas considerar al trabajo agrícola como un elemento fundamental de la seguridad alimentaria y, por lo tanto, como un componente integral de la actividad económica.
“El drama del hambre podrá ser derrotado sólo eliminando las causas estructurales que lo provocan y promoviendo el desarrollo agrícola de los países más pobres mediante inversiones en infraestructuras rurales”, advirtió el pontífice.
