Inicio Análisis político Columnista MPV ¡Empoderando a quién!

¡Empoderando a quién!

1146

En fechas recientes se ha acuñado con gran vigor el término de “empoderamiento”. Se ha empoderado al ciudadano, al consumidor, a dirigentes políticos e incluso han intentado empoderar la ideología de género. Sin embargo un tema que llama mi atención es: el empoderamiento de las mujeres.

Partamos de la conciencia que ha sido largo y sinuoso el camino que han recorrido las mujeres respecto a sus derechos en el mundo y en México. Los primeros esbozos de la emancipación femenina, se remontan al siglo XVIII con la aparición de la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana  de Olympe de Gouges, en plena revolución  francesa, y desde entonces ha sido un constante y denodado esfuerzo de las mujeres por hacer valer su dignidad.

Sin embargo el concepto y nombre del “empoderamiento de la mujer” apareció por primera vez en la Conferencia Mundial de Mujeres llevada a cabo por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Beijing, en 1995, y por supuesto con objetivos y temas específicos, todos enfocados al progreso y logros de las mujeres.

Aun así, el tema del empoderamiento, ha sido muy confuso para la sociedad en general convirtiéndose en casi un tabú, irónicamente. Se ha manejado, y me atrevería a decir manipulado, en el entorno político y aún entre grupos y organizaciones de activistas, de tal suerte que han dejado desamparadas a la mayoría de las mujeres en la lucha por sus derechos. La solidaridad con ellas, digamos, sigue siendo un pendiente, aún entre las del mismo sexo.

He de insistir, y no quito el dedo del renglón, que gobiernos, legislaturas, dirigentes partidistas (de todos los partidos), feministas, activistas sociales y aún más personas que tienen acceso a los recovecos y recursos que hoy día garantizan las constituciones, han enarbolado el tema del empoderamiento para maquillar esfuerzos poco claros en la consecución inmediata del avance por las mujeres, a pesar de manifestaciones, presión a los mismos gobiernos, golpeteos políticos, actos de desagravio, etc. de tal suerte que, la evolución en esta lucha justa por reconocer a las mujeres presenta un déficit lamentable.

Sí, han habido logros, absurdo sería que algún impulso institucional no hubiera rendido frutos aunque sigue habiendo una reticencia insulsamente machista a la participación de las mujeres, pero tampoco veo entre ellas mismas, equidad o igualdad de oportunidades, los dividendos son casi siempre para las que logran subir el siguiente peldaño, son unas las que avanzan, las de siempre, mientras las demás tienen que realizar un mayor esfuerzo y aun así librando mayores obstáculos, entonces ¿a quién empoderamos?.

El tema de la igualdad entre hombres y mujeres tiene que ser entendido, desde el contexto de la solidaridad y de la dignidad humana ya que tanto mujeres como hombres participamos de tal condición, somos dignos.

Ojalá sean equitativas las oportunidades para las mujeres, ¡promovámoslas!. En este sinuoso camino que recorren sería contrario para ellas mismas que por la circunstancia única y exclusiva de ser mujer y no de sus capacidades, apelen al odioso 50-50. Por cierto un rasgo curioso que llama mi atención, es que en sus temas y actividades relativas al empoderamiento, no incluyan decididamente a los hombres, ¿por qué?.

Cuando he expresado estas ideas,  me han dicho: “¡en ese tema no te metas, no es políticamente correcto!”, un poco en broma y mucho en serio hemos llegado al punto de no proponer el tema en los espacios de discusión, y al contrario, es necesario que lo planteemos para que nos quede claro de qué manera podemos incidir en la promoción de las mujeres y de los hombres, en un esfuerzo de complementariedad y no como un juego de vencidas, que a nadie conviene.

Yo soy el primer promotor del valor que tienen las mujeres en todos los campos, tengo madre, hijas, esposa, sin embargo no se trata de quitar o añadir poder sobre los demás, eso me parece egoísta e inconsistente si queremos una sociedad en la que reine la igualdad. Aún hay tramo que recorrer y llevamos prisa, así que todos en solidaridad, personas del sexo femenino y del sexo masculino debemos trabajar en el mismo sentido, aliviando las cargas sociales que hoy día siguen agobiando a las mujeres.

Que sea este empoderamiento una causa justa para reconocerle a la mujer lo importante que es en la construcción de una sociedad mejor en donde vivir.

 

Remate:

Se ha activado la alerta de género en Yucatán a raíz de los acontecimientos violentos que han padecido las mujeres, catalogados ya como feminicidios. Veremos si somos capaces de asimilar lo que implica este mecanismo para la sociedad.