ATLANTA.- Murtaja Qureiris fue detenido por primera vez en 2011, cuando tenía 10 años, mientras participaba en una protesta junto a otros chicos a favor de los derechos humanos en Arabia Saudita . Una marcha en la que todos los chicos recorrieron las calles subidos a sus bicicletas y que ahora le podría costar la vida al joven Qureiris.
Aquella protesta ocurrió durante la “primavera árabe”, pero no fue hasta tres años más tarde, cuando la policía lo arrestó mientras viajaba con su familia a Bahrein. Tenía 13 años y pasó los últimos cuatro en prisión preventiva, más de uno en régimen de aislamiento, esperando alcanzar los 18 para ser ejecutado.
Arabia Saudita lo acusa de pertenecer a un “grupo terrorista extremista”. Una acusación habitual en un país que calificó en varias ocasiones las manifestaciones pacíficas de violentas.
En el folio de la acusación al que tuvo acceso la cadena televisiva CNN, recogen las acusaciones que incluyen desde la ayuda para construir cócteles molotov, hasta disparar a las fuerzas de seguridad. Unas acusaciones que el pequeño Qureiris negó y alegó que las confesiones en las que se basa la fiscalía fueron obtenidas bajo presión.
Naciones Unidas, por su parte, denunció el caso y aseguró que el pequeño participaba en “marchas pacíficas que piden justicia para algunos manifestantes que fueron asesinados y en los funerales de estos”.
El hermano mayor de Murtaja murió durante unas protestas cuando tenía 11 años y durante su funeral, las familias y amigos corearon proclamas en contra del gobierno en una protesta que ocupó la vía pública.
Los vídeos hicieron posible identificar a Murtaja junto a otro de sus hermanos y su padre. Según recoge la CNN, la fiscalía saudita estaría tratando incluso de aplicar la forma más dura de pena de muerte para el joven -que puede incluir crucifixión o desmembramiento tras la ejecución- porque consideran que en el funeral del hermano se animó a la “sedición”.
Fuente: Yahoo noticias
