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Felipe Calderón no aplica la Doctrina Estrada

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Aunque por otro lado, es genuina la preocupación de los gobiernos latinoamericanos de aceptar la vía armada como una forma de solución de conflictos internos. Es por ello que la comunidad internacional ha condenado lo sucedido en ese país centroamericano. Exigiendo, al mismo tiempo, la restitución del orden legal con el regreso de Manuel Zelaya a la presidencia del país.

Por parte, Michelleti que asumió las funciones ejecutivas ha manifestado que los tiempos electorales ante la proximidad de la sucesión presidencial se mantienen como están originalmente establecidos, por lo que su mandato, solo se limitará al tiempo que le faltaba a Zelaya de cumplir en la silla presidencial hondureña.

México, por la definición de su política exterior, ha sido respetuoso de todos los procesos internos y conflictos propios de las naciones. Los tres principios rectores de la política exterior son (1) la no intervención, (2) igualdad jurídica de los Estados y (3) la autodeterminación de los pueblos. Lo que muchos conocen como Doctrina Estrada fue dada a conocer el 27 de septiembre de 1930 por el entonces secretario de Relaciones Exteriores Genaro Estrada, que textualmente afirma “… que México no se pronuncia en el sentido de otorgar reconocimientos porque considera que ésta es una práctica denigrante que coloca a éstas (naciones) en el caso de que sus asuntos interiores puedan ser calificados, en cualquier sentido…”

¿Qué hizo Felipe Calderón a recibir a Manuel Zalaya con honores de Estado? ¿No está reconociendo a una figura que hoy, sea calificado a no legal o ilegal, no tiene en sus manos el poder ejecutivo del país hondureño? Por simple contraposición y lógica no contradictoria ¿no está mandando la presidencia de México un mensaje de no reconocimiento a las actuales autoridades ejecutivas de Honduras?

México tiene tradiciones y principios que han regulado la vida normativa del país, nacidos no de casualidad ni arbitrio injustificado, sino parte de las costumbres, del consenso social y la experiencia misma que se han sido construyendo a lo largo de nuestra historia y evolución social.

Habiendo sufrido de la dominación extranjera, no solo en la colonia sino hasta ahora con la dependencia económica e industrial nos quedan los principios que nos definen como una nación soberana, respetuosa de la misma soberanía que todos los países y pueblos del mundo se merecen. Pero que al parecer a la ahora presidencia de México no parece importarle.