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¿Guardia Nacional?

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En diciembre de 2006 Felipe Calderón mandó al ejército a las calles para poder hacerle frente al crimen organizado; Peña Nieto siguió con la misma fórmula, durante su mandato. 12 años después, la estrategia, si hubo una, resultó ser ineficiente pues esta “guerra contra el crimen” nos ha dejado más tristezas que logros. Hasta marzo de 2015, se contabilizaban 250 mil muertos.

Debo admitir que cuando estaba redactando el párrafo anterior, sentí un dejá vú, pues recordé el artículo que escribí hace un poco más de un año cuando el tema era la “Ley de Seguridad Interior”.

En el 2012, AMLO, entonces precandidato a la presidencia de la república, había prometido que en seis meses regresaría al ejército a sus cuarteles, pues es el tiempo que le tomaría profesionalizar a la policía; mencionó también que la tarea de Seguridad Pública estaría en manos de la nueva policía federal.

Para 2016 estas fueron sus palabras:

“No continuar con la política coercitiva, pues no se resuelve nada con el uso del Ejército, Marina, policías, cárceles, amenazas de mano dura, con leyes más severas, dado que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia”.

Sin embargo, a pesar de esos comentarios, causó gran sorpresa que a finales del 2018 se haya pronunciado a favor de una Guardia Nacional, conformada por: Policía Federal, Naval y Militar.

La propuesta fue debatida en la Cámara de Diputados, y, como era de esperarse, fue aprobada. El PRI votó a favor de la Guardia Nacional, ¿cómo no? Si tiene muchas semejanzas con la “Ley de Seguridad Interior”. La misma con la que MORENA estuvo inconforme y presentó iniciativas para abrogarla.

Por momento parecía que tomaron a la “Ley de Seguridad Interior”, le quitaron y modificaron unas cuantas cosas, reacomodaron otras, y la llamaron “Ley Orgánica de la Guardia Nacional”.

En el transitorio cuarto se contemplaba el hecho de que mientras la Guardia Nacional se logra consolidar, las Fuerzas Armadas puedan intervenir en la Seguridad Pública. Bueno, como ya sabemos, eso no funcionó durante doce años.

La dichosa Guardia, tendrá un mando civil a cargo de la SSP que se encargará de la planeación, programación y ejecución de funciones; y el mando militar se encargará de la estructura jerárquica, disciplina, régimen de servicios, ascensos, prestaciones, profesionalización y capacitación.

A pesar de las muchas veces que lo mencionó, Andrés Manuel, parece no recordar que las Fuerzas Armadas no están capacitados para la Seguridad Pública, sino para la guerra, y ciertamente, en doce años no ha logrado terminar ni con el crimen.

Eso sí, hay que reconocer que es una propuesta más elaborada que la de Calderón y la de Peña, pues, esta, da más certeza, claro, en lo que cabe. Pero eso no quita el hecho, que es una propuesta reciclada, que no ha dado resultados.

¿Qué pasó con lo de “no se puede combatir fuego con fuego”?