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Gustavo Madero, el “chimoltrufio” de la política mexicana

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Gustavo Madero pdte CEN PAN
Gustavo Madero pdte CEN PAN

Al más puro estilo de la “chimoltrufia”, personaje de Chespirito, que “cuando dice una cosa, luego dice otra, porque eso que ni qué”, el presidente del CEN del PAN Gustavo Madero ha dado la nota de la semana al resisitirse a reconocer el triunfo de Enrique Peña Nieto, como ganador de las elecciones del pasado 1 de julio.

Madero es la “comidilla” de la clase política gobernante, pues mientras él anda arrejuntándose con su homólogo del PRD Jesús Zambrano para impedir que Peña Nieto tome posesión del cargo de presidente de la república, el presidente de México, el actual, Felipe Calderón Hinojosa ya hasta se tomó la foto en los Pinos con Peña Nieto.

Madero es repudiado plenamente por sus correligionarios en el PAN. Señalado por todos como el principal responsable de haber “quebrado” la ética partidista y sumido al PAN en el fango de la corrupción. Le achacan culpas por haber permitido imposiciones de candidatos en diversos estados de la república, así como compra de votos en los procesos internos. Le culpan por no haber castigado las ilegalidades en todos los procesos internos que se realizaron en los comités estatales.

Es Gustavo Madero, el nuevo “chimoltrufio”, el que ya no sabe que rumbo tomar, toda vez que no lo quieren en el PAN.

Y aunque él se aferra al puesto, nada le garantiza que los panistas olviden su culpa, su terrible culpa.

Los panistas recuerdan su frase histórica que lo catapultó en los más altos índices del ridículo político: “mejor … imposible”, cuando en el Estado de México dieron a conocer Zambrano y él, los resultados de su famosa encuesta. Al final el PRI los aplastó, a los dos. Peña Nieto hizo candidato a Eruviel Ávila y con ello los acribilló electoralmente, pues ambos pensaban que el candidato del PRI sería del Mazo.

Ni hablar, hoy por hoy, Madero es el tipo de moda, pero no por ser ejemplar político, sino por ser el más ridiculizado, rechazado y condenado por su fracasos electorales.