Tenemos que cuidar el planeta que habitamos, no podemos seguir destruyéndolo sin ningún miramiento.
No es tán difícil cuidarlo. Y es nuestro deber sumarnos en esta tarea, porque es de vital importancia.
La relevancia que tiene la reunión de cumbre de Copenhague por el cambio climático es por la vida misma.
Ningún país debe aislarse de participar en este gran encuentro de conciencia y compromiso.
Nosotros como sociedad tampoco debemos dejar pasar la oportunidad de hacer una seria reflexión sobre el tema.
En nosotros está la oportunidad de hacer mejor las cosas.
Podemos impulsar desde la sociedad civil un llamado permanente a nuestro gobierno para que aplique programas de preservación de vida de nuestro sistema ecológico, una nueva regulación de gases contaminantes de las industrias, mejores tratamientos de la basura.
Las razones son simples: hoy existen más riesgos de huracánes, inundaciones, cambios bruscos de temperaturas, que generan enfermedades mortales para el ser humano.
En Yucatán, como en México no existe en la política un actor que se encuentre activo provomiendo éste tipo de acciones.
Nos gustaría ver a los políticos con propuesta en mano, salir a defender el ecosistema y a promover nuevas acciones de conciencia y reflexión arropadas con acciones de gobierno directas y eficaces.
Tenemos que hacer algo, empezando por revisar nuestro consumo de productos tóxicos para la salud, dejando de tirar la basura en la calle, regando nuestros árboles, podándolos, usándo racionalmente el agua y no ensuciando nuestro subsuelo.
El orden y la limpieza son fundamentales para ayudar a nuestro planeta que ya empieza a cobrarnos el costo de lastimarlo. Copenhague es la capital de Dinamarca, pero no está lejos de Mérida, ni de las otras ciudades del mundo, está tan cerca que nos da gusto saber que a nuestro presidente le otorgaron un premio por sus políticas públicas a favor del medio ambiente.
