No es posible que el árbitro electoral, el IFE se tarde tanto en parar los ataques contra el candidato del PRIa la presidencia Enrique Peña Nieto. Su silencio es incomprensible y sospechoso.
Y no es admisible que rehuya su responsabilidad ante el ambiente de encono y agresión que un grupo de población genera a diario contra Peña Nieto; encono que claramente es inducido por grupos políticos con intereses electorales.
Y es que, en este caso ya el asunto es grave, pues están llegando a las agresiones físicas, lo cual pone en peligro la intregidad del candidato, puntero en todas las encuestas de prestigio.
No se trata de un acto exclusivo, sino de garantizar a todos los candidatos en competencia su integridad.
El IFE está obligado a detener estas agresiones, mediante los mecanismos legales que la constitución le obliga.
Pero resulta penoso y lamentable, que hasta el momento el IFE no reaccione con apego a la Ley. Más aún que no cuide el ambiente positivo en las campañas electorales.
El IFE es el responsable de que las elecciones en México se realicen en calma, y que en realidad sea una fiesta democrática.
Pero está dejando pasar las cosas, lo cual pone en peligro no a un candidato, sino a todo el proceso electoral en la nación.
Ojalá y reaccione el IFE, y ponga un alto a estas agresiones que ya son alarmantes.
Esperemos y sea así.
Debe estar conectado para enviar un comentario.