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IMSS Juárez Yucatán discrimina a los sordos para donar sangre

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El día de hoy, mi cuñada que pertenece a la comunidad sorda de Mérida, requería de dos unidades de sangre en prevención por una operación que le practicarán en el Hospital Juárez de esta ciudad. Por recientemente haber donado estaba de facto descartado para volver a hacerlo.

Como estrategia se procedió a publicar en la comunidad de Facebook de mi cuñada y otros amigos la necesidad de contar con donadores de sangre. Como respuesta, una amiga con la misma condición de sordera, se apuntó para apoyarla.

Sin embargo, al llegar al hospital nos causó sorpresa que el Puesto de Sangrado se negó a aceptar a la persona con discapacidad para la donación. El argumento fue la “dificultad” para hacerle la entrevista médica por las situaciones de carácter personal que implica.

La negativa fue rotunda a pesar de que la donante sorda acudía con su interprete oficial y que además tiene toda la capacidad para entender, leer y hasta escribir. La susodicha imparte clases a nivel universitario, por lo cual posee todas las capacidades de comprensión y análisis de la realidad y del contexto.

La familia, que vive a diario no solo enfrentar la discapacidad sino también la discriminación social, salió molesta, indignada y con los ojos llorosos por la impotencia que genera la falta de sensibilidad.

Es claro que para el IMSS no hay hospitales inclusivos, que como siempre solo sirve esos términos para llenar discursos huecos y tomarse fotos que no corresponden a la realidad.

A la comunidad sorda se le debe garantizar los mismos derechos de atención y coparticipación en la satisfacción de las necesidades de cualquier integrante de la comunidad. No es posible que la institución no cuente con la flexibilidad para proceder a la entrevista respetando la labor de la interprete o es caso hacer la entrevista con apoyo de la lectura, lo que perfectamente le hubiese permitido cumplir con la encomienda.

¿No es irónico que hasta para acusar o defenderse legalmente se pueda contar con un interprete y para ayudar a una compañera en cuestión de salud se le niegue el derecho?

No hay justificación para un caso de discriminación y exclusión en una institución de salud pública. Recientemente en el seno de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión se acordaba un punto de acuerdo para ampliar la promoción para más donadores de sangre. Hoy la realidad nos confronta con una realidad que lastima y denigra a la comunidad sorda que parece que está vetada para apoyarse entre sus propios miembros.

La joven, amiga de la familia, que acudió a donar sangre lo hacía con toda la intención de apoyar a su compañera. Hoy se sintió relegada, desplazada y discriminada. A la familia les causó molestia por seguir sufriendo de las instituciones públicas la segregación y la exclusión.

Es por ello, conscientes de la importancia del respeto a los derechos humanos de la comunidad sorda, es que acudimos a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a presentar formalmente queja contra el personal del Banco de Sangre del Hospital Bénito Juárez de la Ciudad de Mérida. Es inadmisible el maltrato institucional contra la comunidad sorda. La negativa sin más razón que la sordera es una discrimación contra este sector vulnerable de la sociedad.

 

AL CALCE. La Coordinación de Atención a Derechohabientes del IMSS Yucatán ya se comunicó por vía telefónica con un servidor para conocer el caso y ofrecer disculpas. Se le ha ofrecido un espacio en la Mesa Panel, que se transmite todos los días por Facebook Live, para que nos brinde información de las medidas que van a adoptar para que esta situación no vuelva a suceder. En espera de la confirmación.