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Industria de aceite de palma responde ante acusaciones de deforestación en México

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El promedio de crecimiento del cultivo de palma de aceite es de 7 mil ha en el periodo entre 2017 y 2020

 

NOTIPRESS.- De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), el 95 por ciento de la deforestación en México ocurre de manera ilegal. Por ello, se estableció un promedio de 12 a 13 mil hectáreas (ha) al año para el cambio de uso de suelo; la deforestación ilegal bruta promedio es de 250-260 mil ha. Ante este panorama, NotiPress entrevistó a expertos de la industria de palma de aceite para relatar la realidad sobre la deforestación provocada por este cultivo.

Según la publicación en el Diario Oficial de la Federación del 25 de noviembre, los procesos de deforestación de mayor impacto son “aquellos que involucran actividades agropecuarias altamente rentables, como el cultivo de aguacate, la palma de aceite, la soya y la producción de carne”. José Luis Pérez Vázquez Aldana, presidente ejecutivo de la Federación Mexicana de Palma de Aceite (FEMEXPALMA) resaltó, la publicación de dichos datos demuestra un fuerte desconocimiento respecto al cultivo de palma de aceite por parte del sector forestal público.

“Es imposible que la palma de aceite sea el vector de deforestación que se menciona en el documento” indica el directivo. Aritméticamente, explica Pérez Vázquez Aldana, la Conafor habla de una deforestación brutal de 750 mil hectáreas entre 2017 y 2020, pero el promedio de crecimiento del cultivo de palma de aceite es de 7 mil hectáreas en el mismo periodo. Es decir, que si ese 100 por ciento de esa nueva superficie de palma fuera de deforestación, realmente sólo representaría 3 por ciento de esas 750 mil que reporta la comisión.

Para evitar datos “irresponsables e imprecisos” que alimenten los mitos respecto a la palma de aceite, el experto recomienda hacer un análisis preciso de cambio de uso de suelo. “Nos daremos cuenta de que los principales vectores de deforestación en este país son la ganadería extensiva y, actividades como la práctica cultural de roza, tumba y quema para cultivos básicos como el maíz y el frijol”, afirmó en entrevista.

Asimismo, acorde con la opinión de Pérez Vázquez Aldana, el Gobierno debería hacer un análisis de las consecuencias o los resultados indirectos del programa Sembrando Vida en el fenómeno de la deforestación. En primera instancia, el pequeño productor que quiera inscribirse al programa deberá hacer una reconversión productiva a los cultivos estipulados, tales como especies maderables, por ejemplo, la caoba, hule, cedro y cacao. Así como el cultivo de canela, agave, pimienta, mango y guanábana, además de los cultivos básicos de maíz y frijol. Esta situación generaría un factor importante para el cambio del uso de suelo en el sureste mexicano.

Por otro lado, el directivo explica, los productores que contaban con cobertura forestal, ahora la están sustituyendo por los cultivos adscritos a este programa público. Pérez Vázquez Aldana señala, no existe ningún tipo de revisión ni procedimiento técnico para asegurarse que los beneficiarios no incurran en un fenómeno de deforestación tras el cambio de uso de suelo. En este sentido, el experto afirma, una mejora al programa sería incorporar criterios de verificación de la cobertura o del uso de suelo de aquellas tierras inscritas al programa.

En función de seguir con sus compromisos de sostenibilidad en la industria, FEMEXPALMA tiene como prioridad en su agenda de trabajo la certificación de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO) de todos sus miembros. Dicha certificación se originó en 2014 con el propósito de asegurar la producción del aceite de palma, al mismo tiempo que se respetan los derechos laborales, comunidades indígenas, biodiversidad y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles.

Si se quiere ser miembro de la Federación, hay un proceso de selección en función de verificar que los candidatos se alineen con los compromisos de no deforestación y sostenibilidad de la institución. Actualmente, para llevar a cabo un monitoreo constante, la federación está desarrollando el sistema de información geográfica palmera. Se trata de una herramienta geoespacial que servirá para monitorear la superficie de palma de aceite establecida en México. Asimismo, buscará analizar los patrones de cambio de uso de suelo para identificar puntos de alerta de deforestación.

“Como gremio tenemos el compromiso de que la palmicultura sea sostenible. Eso quiere decir que debe ser responsable en la parte social y ambiental, pero también lo más rentable posible”, añade Pérez Vázquez Aldana. “Esta herramienta nos va a permitir hacer el monitoreo de la evolución del cultivo”.

La estigmatización generalizada al cultivo de palma de aceite ha hecho que se pierdan de vista los beneficios que aporta a la economía y comercio mexicano. Por ello, ante las acusaciones de deforestación en México a causa de estos cultivos, la industria reitera su compromiso de lograr una palmicultura sostenible.