Como van las cosas, no falta mucho para que las autoridades empiecen a investigar a fondo a las personas que suban en las redes sociales fotografías y videos de sus excesos, como viajes al extranjero con todo y el perro, en yates, en aviones, en helicópteros, en ranchos, en tiendas lujosas de ropa, preparando comida exótica, o bebiendo cervezas finas y licores carísimos, estrenando joyas, etc. O sea, dándose una vida de gran lujo, mientras la gran mayoría de los mexicanos vive en la extrema pobreza.
Es la hora de que se ajuste la situación y que todos aquellos que tienen una vida de lujo que no corresponde a sus ingresos rindan cuentas.
En caso de ser encontrados de culpables de no poder comprobar ingresos, se corre el riesgo de ser sancionado severamente con la ley. El combate a la corrupción podría ir muy en serio.
La desigualdad en México es enorme, gracias a las políticas neoliberales, “se pasaron”. El propio Presidente AMLO lo ha manifestado con ahínco.
Los mexicanos van a tener que moderarse, pues podrían estar en peligro de caer en manos del fisco.
En Yucatán abundan los nuevos ricos, varios ex funcionarios del gobierno que se convirtieron en ricos terratenientes y proletariados. Y por allí andan tranquilos gozando de los placeres de la vida de lujo que llevan.
