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Izquierda agresiva, atenta contra la economía nacional

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La izquierda que acompaña a Andrés Manuel López Obrador en su reclamo ante la justicia federal electoral no quiere reconocer que sus actos han dañado seriamente a la iniciativa privada, la que crea empleos, la que paga impuestos con los que los partidos políticos, todos, sin excluir a nadie, incluido el mismo ex candidato presidencial perdedor se sostienen.

Asombroso es ver a Jesús Zambrano líder del PRD en México echándo pleito al comercio organizado.

Parece irresponsable su actitud, toda vez que son los empresarios los que dinamizan la economía nacional.

Y es que, no solo son los empresarios de las tiendas de autoservicio los que piensan que el movimiento #yosoy132 están influenciados por él y por otros personajes como Ricardo Monreal, el mismo que hizo el “oso” presentando una acusación contra Luis Videgaray coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto por el supuesto delito de desvío de recursos del Estado de México.

La izquierda que acompaña a AMLO no ha comprendido que tiene todo el derecho de protestar lo que guste y desee dentro del marco legal y ante las instituciones nacionales. Y no acepta que deberá ajustarse a los tiempos y a los procedimientos legales establecidos. Presentando para ello, las pruebas con las que deberá comprobar su acusación, porque no se trata de acusar por acusar, se trata de probar contundentemente.

La mayoría de los mexicanos, creemos que las agresiones contra Soriana y sus miles de trabajadores están inspiradas por los “gritos de guerra” de AMLO y sus acompañantes.

No lo aceptamos.

Y no concebimos cómo es posible que el gobierno del Distrito Federal permita tal atentado contra los empleos que genera Soriana.

La izquierda defiende su derecho a defender lo que guste, pero no es aceptable que se lleve “entre las patas” a los trabajadores que teniendo familias y un sustento familiar seguro puedan perderlo.

Aunque Ricardo Monreal o Jesús Zambrano o AMLO mismo piensen que eso sería como un “sacrifico por la nación”, no es razonable por ningún ángulo del conflicto.

El fanatismo con el que se conducen hace que cada día se acentúe el problema. Y no, AMLO sabe que no tendrá la invalidéz de la elección. Allí está el meollo del asunto.

El país no es AMLO, la nación no es AMLO, y sus intereses no benefician a México.

Y no es posible que un grupo minoritario “ponga de cabeza” a la nación.

Y dañe la economía nacional. No se le pide a AMLO que reaccione, porque no lo hará. Èl cree que le robaron la elección.

Pero no acepta su culpa, ni el desvío de recursos financieros públicos tramposos en los que incurrió a través de las asociaciones civiles Honestidad Valiente y Auteridad Republicana.

Tampoco acepta que la inequidad la hubo durante los seis años (desde 2006 hasta la 1 de julio 2012) incluyendo la campaña, en la que recorrió el país haciendo proselitismo a su favor sin que nadie le dijera nada y nadie le impugnara nada.

Doble discurso, doble moral política.

En fin, así es la vida pública en México.

Mientras tanto, debemos cuidar la economía nacional, protegiendo los empleos creados y que sustentan a miles de familias en México.

No sabíamos que el interés máximo de un gobierno o partido político fuera el de dañar la economía familiar, hasta que aparecieron AMLO y Zambrano y Monreal