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Jorge Carlos hito y orgullo de Yucatán

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Mtra. Jessica Saiden Quiróz. Delegada del Conafe Yucatán.

Jorge Carlos, hito y orgullo de Yucatán

 

La política es uno de los caminos idóneos para transformar la historia y destino de una sociedad.

 

Estar inmerso y tener la altísima responsabilidad de ocupar un cargo público político, es una vocación, un llamado a quienes, merecen defender los intereses de su pueblo, de su gente, de su comunidad.

 

Conforme se acerca una de las elecciones más importantes de las últimas tres décadas, vemos como los organismos partidistas reacomodan sus intereses y a sus personajes; mientras que en otras corrientes ideológicas, inicia la contienda interna con uppers, jabs y volados de derecha, dignos de cualquiera pelea de box del “Canelo” Álvarez, a veces hasta por la espalda.

 

Me decía una vez un amigo: la política es el refinado arte de sufrir en silencio, sin hacer muecas o gestos.

 

Algo de razón tiene –nadie experimenta en cabeza ajena- pero se los aseguro, poder ayudar a la gente más necesitada desde la función pública o recibir la sonrisa de un niño me llena el alma de esperanza.

 

La vida, en su perfección absolutamente imperfecta, lleva aparejada problemáticas habituales, temporales o hasta permanentes. El cómo las afrontemos es la clave de la paz, el orden, la estabilidad y el desarrollo sustentado en los valores humanos (redundante en sí mismo).

 

Consensuar, ponernos de acuerdo le ha evitado al ser humano, a través de la historia, su propia destrucción, anteponiendo la razón ante los instintos; llamarnos políticos y no saber privilegiar el diálogo es una mentira al propio objetivo de la definición.

 

Tuvimos una semana complicada, en donde vimos como la naturaleza, por enésima ocasión, nos toca a la puerta, pidiéndonos incentivar un cambio a una cultura a favor del medio ambiente, a lo que aprovecho para invitarle a ser partícipe de la donación hacia nuestros hermanos y hermanas de Oaxaca y Chiapas, la unión y el apoyo debe ser un acto permanente, mexicanos somos todos y México por encima de todo.

 

Pero en lo político, una de las buenas noticias fue la selección por segunda ocasión, de nuestro paisano y amigo Jorge Carlos Ramírez Marín como Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

 

De carácter sobrio, Jorge Carlos ha tenido una trayectoria marcada por el academicismo como la ruta del conocimiento, de la iluminación, de la búsqueda de un vínculo entre la autoridad y la ciudadanía.

 

Hombre de letras, ocupó diversas responsabilidades a nivel federal y estatal, dirigiendo su camino, primordialmente en las áreas legislativas, situación nada sencilla porque si de por sí es difícil ponerse de acuerdo de entre dos personas, más lo será entre 500 diputados.

 

Íntegro en su conducta se rodea de jóvenes preparados y capaces de acompañarlo en su lucha por el bienestar, pero no deja a un lado la experiencia de veteranos liderazgos, quienes han recorrido varias veces el camino.

 

Tampoco abandona sus raíces, situados en el tradicional barrio de Santa Ana y posteriormente, estudiante destacado y profesor de un magnífico colegio, pero cuya institución no se destaca por ser demasiado llamativa al ojo común, insisto, sobrio como Él.

 

En el transcurso de la existencia, a la medianía de la etapa adulta, somos el cúmulo de las experiencias y el saber adquirido durante décadas, por lo que, conociendo un poco la vida y obra del Licenciado Marín, sabemos que cuenta con el bagaje para representarnos en la máxima Tribuna Pública del país.

 

Nada es casualidad, todo es causalidad.

 

Empieza su gestión como Presidente de la Mesa Directiva precisamente en un momento crítico para México en lo interno y en lo externo.

 

No se distrae con rumores que lo colocan en otro cargo público, porque sabe muy bien que primero hay que cumplir y responder a la confianza depositada hacia su persona.

 

Debemos, independientemente del color que abanderemos, apoyarlo para que salga adelante, tenemos que darle nuestro respaldo, porque si le va bien, le va bien a México y por supuesto, le va bien a Yucatán.

 

Enhorabuena nuevamente a Jorge Carlos y le deseamos el mayor de los éxitos en esta encomienda. Sus antecedentes nos garantizan resultados y tenemos la certeza de que construirá los puentes –nunca muros – que los mexicanos necesitamos hacia el impulso al siguiente nivel de satisfacción.

 

Agradezco su lectura y sus comentarios al correo [email protected]