En las elecciones estatales del Estado de México del año pasado, el candidato del PT, Óscar González Yáñez, decidió renunciar a su candidatura para favorecer a la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez. AMLO no se quería conformar con tan poco, entonces le pidió a Juan Zepeda, del PRD que declinara a favor de Delfina, pero éste se negó.
A pesar de eso, todavía se podía especular una posible alianza de la izquierda, así como en 1988, pero Andrés Manuel se mostró reacio, tampoco causaba sorpresa, él siempre se caracterizó por ser así, pero vaya que después mostró un lado que no habíamos visto en él, un lado conciliador.
Finales de noviembre del 2017 Morena y el Partido Encuentro Social (PES), empezaron a platicar sobre una posible alianza, la cual se concretó el 13 de diciembre del año pasado.
MORENA-PRD-PES decidieron ir juntos a las elecciones federales del 2018 conformando la coalición Juntos haremos historia. Y la persona que encabezaría tal coalición sería Andrés Manuel López Obrador.
Dos cosas son ciertas, la primera, el nombre es llamativo, no hay duda de eso; y la segunda, sí están haciendo historia, especialmente el candidato de Macuspana.
Iniciando con la adhesión del PES a la coalición. AMLO ya había dicho, tan solo meses atrás, que por congruencia jamás marcharía con ése partido porque formaba parte del régimen, sin embargo, la historia es distinta.
Y mientras más va pasando el tiempo, vemos como MORENA se ha convertido en el refugio de los políticos que no encontraron la oportunidad de competir para una candidatura en sus ex partidos. La pregunta es, ¿Cómo López Obrador admite en su partido gente que pertenecía a esa mafia del poder? Sencillo, estrategia política, pero más que nada, ambición.
Aunque los seguidores de AMLO lo quieran negar, a simple vista es obvio la ambición que hay en él. Esa ambición lo ha llevado a aceptar personajes como: Gabriela Cuevas, ex panista y crítica ferviente de López; Alejandro Armenta Mier, ex priista; Lino Korrodi, empresario y ex colaborador de Vicente Fox; Esteban Moctezuma, ex priista, secretario de gobernación con Ernesto Zedillo, y coordinador de campaña de Francisco Labastida; René Fujiwara nieto de Elba Esther; y recientemente, Napoleón Gómez Urrutia, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros.
El mesías de Macuspana ha dicho que todos son bienvenidos a su partido, porque se vale reivindicarse, y la pregunta es ¿Los políticos que se unen a Morena, están ahí por convicción, o conveniencia?, es difícil saberlo, aunque la balanza se inclina a la primera opción, pero una cosa es cierta, AMLO está moviendo sus fichas y las está moviendo bien. No obstante, las apuestas de ya sabes quién son arriesgadas, por un lado, podrían hacerle ganar la presidencia, y por el otro, destruir su campaña.
¿AMLO la mejor opción? Es una pregunta bastante interesante. Podríamos responder que sí, basándonos en las estrategias que ha implementado, últimamente, y que lo han llevado a no ser tan antisistema.
Basándonos en su trabajo como jefe de gobierno del Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Podemos llegar a la conclusión que su administración salió a flote, en términos generales los resultados fueron los siguientes:
En materia de Seguridad, los homicidios dolosos, y secuestros disminuyeron, las extorsiones se elevaron.
En Economía, el PIB incrementó de 1.17 billones de pesos (en el 2001) a 1.61 billones de pesos (en el 2005), la inversión extranjera sufrió un declive y luego se recompuso. La deuda pública aumentó de 32 mil 778 millones de pesos a 41 mil 431 millones de pesos. El desempleo aumentó, la pobreza alimentaria disminuyó, pero la pobreza patrimonial incrementó.
También podríamos decir que AMLO no es la mejor opción, principalmente por su intolerancia, él critica, pero no le gusta que lo critiquen, y si lo haces eres parte de la mafia del poder; por su incongruencia, primero dice que no y luego dice que sí, como por ejemplo con los políticos que ahora están con Morena.
Si López es incongruente con la gente que mete a su partido, ¿Qué nos garantiza que no hará lo mismo en el ejercicio del gobierno? Hoy habla de terminar con la corrupción, erradicar la pobreza, pero él ha demostrado que puede cambiar de opinión tan fácilmente para su propia conveniencia, para satisfacer su hambre de poder.
Hoy, las coaliciones Todos por México y Por México al frente se destruyen acusándose de corrupción, y esta lucha solamente le beneficia a Andrés Manuel que observa desde el primer lugar, como el candidato de la continuidad, y el candidato antisistema, se pelean por el segundo lugar.
El tiempo, no solamente le ha dado la razón a AMLO, sino que lo ha vuelto más sabio, haciéndole entender cómo se juega en la política. Podrá hablar lento, pero piensa rápido, esto le ha ayudado a no caer en esta faena de descalificaciones y ver quién es más corrupto, por el contrario, ha decidido recibir con los brazos abiertos a todos aquellos, corruptos o no, que quieran unirse a él, cosa que el AMLO del 2006 habría rechazado tajantemente.
Tanta es la pasividad de Andrés Manuel, que hay quienes dicen que es el Plan B de los Pinos. Como escribiría Sara y Agripina en su columna para SDPnoticias, Peña tiene una tremenda decisión, sacrificar a Meade, procesar a Meade, y beneficiar a AMLO.
