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Karla Salazar y Diana Herrera, listas para servir a Yucatán.

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Mtra. Jessica Saiden Quiróz. Delegada del Conafe Yucatán.

Karla y Diana, listas para servir a Yucatán

El equilibrio brinda calma a la tempestad, armoniza los factores, estimula al alma y nos acerca un poco más a la perfección social, porque aquello que carece de orden y balance, eventualmente se derrumba.

En el soliloquio personal, reconocemos las propias capacidades, fortalezas y debilidades que nos hacen diferentes a los demás en igualdad de circunstancias. Valoramos y ponemos en una  balanza lo que podemos hacer, pero también aquello que no podemos realizar ya sea por limitaciones físicas, circunstancias periféricas o decisión propia.

Ocupar un espacio útil significa complementarnos unos a otros, trabajar en sincronía, hombres y mujeres, porque ambos géneros tenemos la capacidad de haber bien las cosas, siendo el único diferenciador los valores que tengamos intuitu personae (en función de cada persona).

Tras años de una velada marginación institucional y legal, por fin, el marco normativo y jurisprudencial les otorga a las mujeres igualdad electoral y paridad en las candidaturas del 2018.

Sin embargo, lo ideal hubiera sido el reconocimiento sin necesidad de la obligatoriedad legal, lo que en la ética kantiana y deontológica moderna posterior, se llama imperativo categórico, es decir, un mandamiento autónomo y autosuficiente, capaz de regir el comportamiento humano en todas sus manifestaciones.

Esto es, que los propios partidos u organismos políticos de mutu propiohubieran decidido proporcionarle el 50 por ciento de sus postulaciones al sector femenino, ya que no es ninguna dádiva, es justicia pura.

Durante este ejercicio de opinión, hemos analizados a varios candidatos que probablemente estarán en la boleta electoral; hombres todos ellos y líderes en su ámbito.

Pero también las mujeres ocuparán un papel decisivo en los roles gubernamentales los siguientes 6 años.

Quisiera mencionar a dos mujeres jóvenes, inteligentes, carismáticas y listas para representar a sus bases y estructuras partidistas, merecedoras ambas de una oportunidad de demostrar su talento en el servicio público: Diana Herrera Anduze y Karla Salazar González.

Su inteligencia no está en duda, ni muchos menos la integridad que han demostrado en los noveles cargos públicos detentados. Una de ellas –Diana – abandera la corriente tricolor, renovación necesaria y fresca del PRI, misma que se está dando paulatinamente con la integración de diferentes cuadros políticos; variedad indispensable en el actuar de cualquier órgano social.

Por otro lado, Karla, continúa su trayectoria y carrera política con liderazgo y decisión, características naturales en ella desde su etapa universitaria como abogada. De fácil palabra y de saludo ameno, ha trabajado por los meridanos, buscando ese espacio para servir a más y más personas.

Ambas levantan la mano y dicen “aquí estoy, vean mi carta de vida, estoy lista para el siguiente paso”, enunciando estas palabras respetuosos de los tiempos y de los procesos necesarios para conseguir esa confianza, primero de sus bases, las dirigencias y después, de la ciudadanía.

En muchas ocasiones es un “grito mudo”, porque son protagonistas con trabajo, con esfuerzo y convencidas de su amor por atender las demandas de las familias del estado.

Liderar con el ejemplo muchas veces implica estar a la deriva o en la circunferencia de la batalla, agrupando las piezas, preparando el tablero de ajedrez con un enroque, moviendo un alfil o estableciendo la defensa ante los contraataques.

Ser aguerridas no es sinónimo de ser vociferantes sin razón, al contrario, el tesón se manifiesta por la vía legal. Diana aún a pesar de ser parte de la oposición en el Cabildo, su voz es reconocida por emitir juicios de valor directos y críticos, construyendo un foro dialéctico.

Mientras tanto, Karla está orientada al aspecto comunitario, aspecto clave en el tejido y cohesión social.

Dicen los politólogos que en la política muchas veces se trata de estar en el momento y el lugar indicados y sin embargo, difiero, porque creo firmemente que en la mesa se deben colocar todas las barajas, evaluar la trayectoria y preparar el camino al éxito.

Esperemos que tanto a Karla como a Diana se les llame a mejores nichos de oportunidad, pero creo que si no es así, ellas seguirán demostrando su bagaje, su desarrollo y el amor que le tienen a su carrera, guerreras de diferente bandera pero unidas por su pasión por Yucatán.

Vamos a demostrar con hechos que las mujeres somos un activo necesario para la construcción de un México productivo…el 2018 es de las mujeres y demostraremos que estamos preparadas para los grandes proyectos y las grandes realidades.

Nuevamente es un gusto contar con su lectura, y será un honor recibir sus comentarios en [email protected]