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La grieta de la COVID-19 se cierra invirtiendo en salud y educación, afirma el presidente de República Dominicana

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“No creo exagerar si digo que ambos peligros puedan traer a la ecuación otros conflictos, que como siempre ocurre, se ceban con crueldad en los ciudadanos más vulnerables”, dijo Luis Rodolfo Abinader durante el debate de Alto nivel de la Asamblea General de la ONU.

El jefe de Estado dominicano indicó que la COVID-19 ha afectado con especial dureza a su país, que cuenta con un gasto social per cápita muy inferior a la media regional (604 dólares por 941 en América Latina).

“Somos una de las naciones con mayor crecimiento económico de la región”, apuntó. Sin embargo, señaló que este crecimiento no ha permitido que el país cierre, hasta ahora, la brecha de la desigualdad.

“Todos aquí sabemos que esa grieta sólo se puede reparar invirtiendo en salud y Educación”, subrayó.

Para revertir esta situación, el ejecutivo dominicano inició el programa de sanidad pública “más ambicioso de su historia”, que busca alcanzar la cobertura sanitaria universal para fin de año, además de aumentar  la inversión pública de su Sistema Nacional de Salud.

En el ámbito educativo destacó un plan de fomento de la educación por el que se entregarán dispositivos electrónicos a estudiantes y profesores con el objetivo de que la COVID-19 no les “haga perder ni un instante de su proceso formativo”.

No hay paz y seguridad sin desarrollo

Abinader destacó que para poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible es necesaria una “implementación acelerada” que cuente con el compromiso de las economías industrializadas.

“Sin embargo, a cinco años de la adopción de la Agenda 2030, la mayoría de los países en desarrollo se encuentran rezagados. Las naciones de renta media como la República Dominicana enfrentan un reto particular porque si bien su economía avanza, prevalecen debilidades institucionales que conllevan a la desigualdad”, aclaró.

Por esa razón, abogó por modificar la Agenda “de forma que responda a la realidad y a los problemas de cada país”.

“Hace 75 años, esta Organización nació con el propósito de desterrar para siempre en el vocabulario de la comunidad internacional el “nosotros” frente al “ustedes” o al “ellos” para asumir el “todos”. Y esto es lo que el COVID-19 pretende poner a prueba”, resaltó.

El mandatario abogó por implementar políticas que combinen los legítimos intereses nacionales de cada país con las soluciones globales tomadas por toda la comunidad internacional actuando en tres ámbitos: el de la salud, el de la educación y el de la tecnología.

En el primer apartado exigió que la vacuna contra la COVID-19 sea accesible a todas las personas y en la esfera educativa destacó la necesidad de compartir “las experiencias más positivas en el campo de la formación online, de la capacitación de competencias y apoyar los esfuerzos inversores en las políticas educativas”.

En tercer lugar, destacó que la ONU “debe ser motor y guía para que el siglo XXI sea, de verdad, el siglo del conocimiento gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación. De ahí que acabar con la brecha digital sea una de las prioridades inaplazables para la comunidad internacional”.

Para concluir, Abinader advirtió que cualquier desarrollo o avance “será en vano si no se tienen en cuenta los valores consagrados por esta Organización en su Declaración Universal de los Derechos Humanos”.

 

 

 

 

Boletín de prensa de la ONU