Mérida, Yucatán, México a 18 de noviembre de 2017 (Bernardo Caamal Itzá)
A unos días por conmemorar los 107 años de la Revolución Social de México, movimiento que no solo enchino la piel de quienes vivían del sistema impuesto en aquellos primeros de 1900, en donde solo beneficiaba a ellos, sino que deja en la calle y sin esperanzas a una gran parte de los mexicanos.
¿Te imaginas cómo se gestó ese movimiento la primera década de 1900? En donde se conectó el movimiento social de sur a norte; de este a oeste, y los mexicanos pedían justicia social y que el gobierno deje de trabajar para los intereses externos.
En aquellos años, nuestra Constitución solo estaba a favor del gran capital, mientras que en Yucatán, predominaba no solo la tienda de raya, sino diferentes formas de esclavizar a su gente, y “todo bajo el control”, el sistema artículo todo a su favor, ellos tienen claro, si falla, cómo vamos a vivir.
¿Te imaginas vivir así en esos tiempos? En donde te decían que si te revelas contra tus amos, vas directo al infierno, además, el tener seguro la chancleta y algunos ingredientes ínfimos para malcomer, pero era mejor que revelarse.
La escuela y los buenos maestros no estaban al alcance de los campesinos, y quienes tienen acceso a la educación, son los hijos de quienes “dominan a la masa” y son los que gobiernen y deciden qué hacer con los de abajo. El temor es que los de abajo se den cuenta, como el hecho de no pagarlos tal como debiera ser, tan solo esta acción les genera buenos dividendos, mismos que los usan para amedrar a quien intente alterar su modelo de vida, en sí usan el mismo dinero de los pobres para dejarlos más pobres, y lo peor es que estos solo confían en la justicia divina.
¿Te imaginas estar en manos del gran capital? En donde tienes que madrugar para trabajar para ellos y no tener tiempo ni siquiera para disfrutar de tu familia, luego, sin que recibas una justa retribución por el tiempo que les dedicas; lo peor es cuando te enfermas, prácticamente ya estás muerto, solo eres bueno al sistema, mientras seas joven, fuerte y que no les cuestiones, en donde si estas a favor de ellos, tu ascenso será rápido.
En esos tiempos, el alcohol y droga corrían a raudales, mismos que forman parte del plan B, para que los de abajo no despertaran de su letargo, aunque les roben sus tierras, violen a sus hijas y mujeres, es más ya alcoholizados, son “usados como parte de los grupos de choque” como para “desaparecer a los indeseados” o que hablen bien del sistema.
¿Te imaginas tener una autoridad que no elegiste y que tampoco te va defender?
¿Te imaginas que gran parte de esa población, aunque vivan las peores injusticias, ni cuenta se darán de las vejaciones que padecen? Es más son los que aplauden a su verdugos y si intentes hablarles de lo que pasa, te van a recriminar por "ofender” ¿Tanto poder tiene el dinero o que…? me platicaron un día los abuelos de la región.
A 107 años de la Revolución Social ¿Habrá tiempo para analizar si lo que se plasmó en la Constitución cumplió con los objetivos? O los tijerazos cumplió con su encomienda, modificar aquellas leyes que solo benefician a los más ricos, mismos que aparentan estar con Dios, pero en su interior están más vendidos al diablo, y no tientan la mano para conseguir sus malévolos fines.
¿Cuantos de nosotros analizamos porque más de la mitad de los 120 millones de mexicanos viven en la extrema pobreza? Además, son víctimas de un sistema político que cobarde y rapaz, y que aparenta elecciones limpias, y que en el fondo “todo está articulado” para que sigan en el poder, y en éstos encargos sigan promoviendo políticas públicas ajenas a la realidad nacional y retroceso en la calidad de vida de millones de mexicanos.
Ahora que estamos por celebrar los 107 años de la revolución, en cuyos desfiles, estoy seguro que van representar parte de nuestra memoria histórica, como sus héroes o escritos en carteles esos mensajes que influyeron en ésta época en que los valerosos mexicanos, hablaron. Es más vestimos a nuestros pequeños para que representen a los héroes que le dieron vida a este movimiento social ¿Será que sabemos hay detrás de cada uno de ellos?
Cómo cultivar el amor a la patria, es como sentir de nuevo en las venas, lo mucho que significa para cada mexicano, lo mucho que le debemos a quienes nos antecedieron porque nos dieron nuevas oportunidades diferentes a la etapa en que ellos vivieron.
Seguramente no fue fácil luchar por esos sueños –tal como lo hizo Zapata- y ser dueños de la tierra para cultivar el progreso, o Francisco I. Madero para que el sistema de gobierno cambiara, con la idea de que la patria pudiera darle cobijo a sus hijos.
Por tanto, cada uno de los personajes que han estado soñando en la grandeza de México, uso la bandera cuyo escudo nos recuerda nuestros orígenes, y el himno nacional que nos hace sentir vivos porque nos recuerda de aquellos lugares donde un día tuvimos la oportunidad de ver la primera luz del día o la de dar nuestros primeros pasos.
Además que, ver la bandera, escuchar el himno nacional y la música del mariachi o la música de nuestros pueblos, hace que nuestro corazón palpite más fuerte porque nos hace soñar de nuevo y recordar de aquella palabras mágicas de mamá y de papá que nos dice “Si te caes levántate de nuevo, vale la pena intentarlo. Hoy se acabó el día, pero el sol de mañana, será un aliciente para caminar de nuevo. Si las cosas no te salió bien, analiza porque sucedió así para que no repitas los mismos errores”
…O cuando estamos en el extranjero, mamá siempre está al pendiente de nosotros para decirnos. “Construye mejor aquí en tu tierra, no vayas a cultivar en otro lado, porque hasta la semilla pierdes. Se valiente y promueve que tus hijos te quieran tal como te crecimos nosotros…”
-“Hijo, la vida da sus vueltas. Piensa y obra bien para que la vida te premie. Tus buenas obras hablaran por ti”. Todos estos sabios mensajes, nos viene en la mente al momento de escuchar aquellas piezas musicales que nos hablan de México y de nosotros. Y hoy, al observar a nuestros niños desfilar, nos recuerda que aún vale la pena luchar y vivir por ellos…, porque en ellos están nuestros sueños y esperanzas, tal como un día lo fue así con nuestros abuelos.
