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La importancia del buen decir y decidir

Entre dimes y diretes de antaño fueron fluyendo las situaciones en esta transformación que se veía venir. Es tiempo de revaluar lo que se dijo que se haría y lo que se hizo en verdad. Es un periodo repleto de esperanza en el que confiamos, no nos vuelvan a golear. Sin importar partido o predilección, hemos aprendido sociedad y gobierno, una valiosa lección: que el pueblo no perdona lo que a sus derechos arrincona. En lo personal no hecho porras a ningún partido, enfocándome en personas y acciones, y no tanto en el ruido. Tanto hablar que enmudece, tanta promesa que a pocos enriquece, dejaron huella y la hoja cambió. Huella en el dedo reflejando democracia, poder del pueblo que eligió y a algunos cuantos no les hizo gracia. Pero así fue. La historia avanzó en la avenida de izquierda, salvo bastiones derechistas que un buen contrapeso juegan. Dialogar con respeto, y una estructura real de valores, será la fórmula ideal para evitar más sinsabores. Escribo en verso sin esfuerzo jugando a ser poeta que analiza, y espero en Dios que como pueblo no nos den otra paliza. Mucha felicidad recorre las calles, exceptuando grupos que a la expectativa están, personas que eligieron diferente y que precavidas van.

Yo comulgo con lo bueno, lo justo y lo honesto, sin importar partido, títulos o puesto. Me gusta la gente que como yo habla de frente, sin ser predecible como todos, sin ser accesible como nadie. El buen decir se manifiesta cuando de la boca sale lo que el mundo detesta: la verdad dicha sin miramientos, que suele causar estragos y descalabramientos. Cabezas duras que no entienden, que dividir con mentiras a tantos ofende. Somos un pueblo pensante y sonante, que cuando dice: ya basta, no hay quien se levante. Aguanta, aguanta México y vuelve a aguantar, pero explotó en su tiempo la olla, y hoy no queda más que avanzar. Incertidumbre quizá de lo que acontezca, pero el futuro sin fe ¿a dónde llegará? Es preferible una causa justa a tiempo, que mil injustas revueltas en el mar.

Olas que nacen y mueren en playas, tras un destino en común alcanzar, dime mi México lindo y querido, si en tus líderes ¿podemos confiar? Un borrón y cuenta nueva se dice fácil, pero la condición humana se encuentra allá, como los sistemas corrompidos que requieren, una limpieza profunda sin chistar. Queríamos un cambio y lo obtuvimos, ahora nos queda mejorar, no sólo el gobierno y los sistemas, sino cual personas, en primer lugar. Reitero no servir a partido alguno, pues como mariposa me gusta volar, yo no vendo mi libertad de conciencia, prefiero caminar con amistades por aquí y por allá. El buen decir también implica, el decidir hacer el bien y no el mal, con tanto x’mahaná que anda suelto, ser mariposa es un reto para locos de atar. ¿Quién diría que ante la traición judaica, con amor hay que reaccionar? Hay solo uno que lo dijo, y mi vida le decidí entregar. Jesús, relación no religión, caminando anduvo y brindó perdón, ante ataques inmerecidos fue misericorde, ante insultos no ganados, ofreció la paz.

AMLOVE le dicen algunos, y su búsqueda parece ser senda de paz, avancemos un poco en el tiempo y veamos los frutos brotar. Veremos a su tiempo, si es tan malo como decían, y su equipo retroceso buscará, o si es tan bueno como afirmaban y su equipo a este país salvará. No me adelanto a los tiempos, prefiero caminar en vez de saltar, largas vallas de prejuicios, que como tales quedarán. Creo en México Señores, y Señoras por igual. En su gente, en sus sabores, y lo derecho en el actuar. De oruga a mariposa ha quedado, sellado en mi corazón, como metáfora existencial, que va más allá de la razón. Con Dios todo es posible y lo diré hasta partir, dando el salto a mejor vida, que esperemos empiece aquí. Justo aquí en mi bello estado, que es mi lindo Yucatán, donde ni todo lo robado pudo su esplendor opacar. La gente brilla con luz propia al ayudar con generosidad, esos valores que nos toca, en nuestras familias reforzar. Cual música de jarana, escucho a lo lejos cantar, a los trovadores de antaño, cuyo buen decir era ejemplar. No como las canciones de ahora, que no hacen más que insultar, a las damas y señoras, sin llevárselas al altar.

Etapa valiosa y sabia, es sin duda la tercera edad, y celebro que a esta necesaria causa, muchos recursos se destinarán…y todos si Dios favorece, caminando vamos para allá. La importancia del buen decir y decidir, es un conjunto inseparable, ya que cuando pensar, sentir y hablar se unan, todo resulta más agradable. Si a ello se le agrega espíritu noble, y un amor a prueba de traición, lo que resulta es un éxito rotundo que le auguro, si todos nos unimos, a esta bella nación. Viva México y que viva bien.

Psic. Deyanira Trinidad Álvarez Villajuana.

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