Y es que en Yucatán, a pesar de los grandes esfuerzos políticos el movimiento de izquierda no ha logrado penetrar en los círculos sociales que generan opinión pública.
La mayor expresión de la izquierda se dio en el Estado con la candidatura de Andrés Manuél López Obrador en el 2006, que logró aglutinar a las diveras corrientes de la izquierda en Yucatán. Sin embargo, esta “alianza” fue pasajera.
El único partido con presencia tangible en la entidad es el PRD, señalado en esta elección del 2010 de ser maniatado por Eduardo Sobrino Sierra, quien a pesar de su edad y de sus padecimientos logró cerrarle la puerta a su acérrimo enemigo Eric Villanueva Mukul contando con el apoyo de sus otrora “ahijados”.
El PRD como partido ha encontrado su zona comfort en los pequeños nichos electorales que existen en el Estado. Le falta posicionar una propuesta de gobierno que les permita contar con la confianza de la sociedad.
Dada la historia, y gracias a la fama que tienen de ser “comodines” en cada elección, la gente, no le muestra mayor interés alguno.
Los últimos tres candidatos a presidentes municipales no han logrado captar la atención de la sociedad de Mérida: José Toraya Baqueiro, Rubén Coronado y Eduado Sobrino Sierra.
El PRD ocupa espacios políticos pero no llena el vacío de un proyecto de gobierno de izquierda inteligente, capaz de liderar los esfuerzos que hace la población por avanzar en la democracia.
La izquierda sigue siendo sinónimo de “populismo”, “negociación en lo oscurito”, “comodidad”, “buscadores de hueso”, a pesar de las buenas intenciones de algunos que en verdad sienten la izquierda y la viven con serios planteamientos de bienestar social.
La izquierda yucateca ha perdido el vigor, la inteligencia, el hambre de servir y de ganar el poder público para servir al pueblo.
En mucho han dejado constancia de su poca utilidad social. Una amiga me soltó esta pregunta realmente cruda: ¿para qué te sirve un perredista yucateco en el poder?
La izquierda ha dejado de hacer los planteamientos sobre los ejes fundamentales de nuestro desarrollo: la educación, la economía y el desarrollo integral y el crecimiento sostenido.
A David Barrera, a Alejandro Cuevas Mena, a Bayardo Ojeda, a Nino Ferro, a Miguel Aarón Rito, a Russel Arjona, les toca abrir puertas en diversos foros, en las universidades, los grupos de sociedad organizados, a fin de penetrar en los grupos que generan la opinión pública y construir candidaturas limpias, creíbles rumbo al 2012. Ellos, y solo ellos pueden hacer que las cosas mejoren. Pónganse de acuerdo y luego salgan a dar la batalla para darle credibilidad a su proyecto, proyecto que no deberá ser excluyente ni platillo de mesa para cualquiera, sino para una sociedad ávida de otras alternativas.
El bipartidismo no es una regla con la que tenemos que vivir los yucatecos toda la vida. El bipartidismo ha sido culpa de quienes no han tenido ni la habilidad, ni la inteligencia, ni la astucia para romperlo.
Deberán dejar obviamente, las grandes peleas internas por lo poco, para dar la pelea por lo mucho. En el PRD se han ido disminuyendo porque así lo han querido dos corrientes que se dan con todo por los espacios internos y luego se ofrecen al mejor postor: PRI o PAN. Y luego de eso, se pegan las rémoras.
No hay de otra, y sí, desde luego habrá que fijar la vista en otras expresiones como Convergencia y el Partido del Trabajo
