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La mejora regulatoria en la agenda de los candidatos

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Es innegable que en nuestro Estado y el País hay brechas que parecen insalvables para cualquier gobierno, sin embargo, por más difíciles que parezcan, nuestro reto será siempre el encontrar los mecanismos para reducirlas a su mínima expresión, y es por esto que es obligado que aquellos candidatos que aspiran a gobernarnos deben presentar propuestas y argumentos reales para poder construir un buen gobierno.

Analizaremos la situación de la mejora regulatoria en los tres órdenes de gobierno y cuáles serían estas estrategias que pueden reducir las diferencias entre los actores.

Primero comencemos con los municipios, de los que sabemos que naturalmente existe una diferencia entre el tamaño y la actividad económica entre las capitales y el resto de los mismos. Por una parte, hay estados -como el nuestro- en los cuales existen más de 100 municipios y la actividad se concentra únicamente en 5 o 6. Se deben plantear mecanismos y programas de acceso a estos recursos (tanto humanos, técnicos y materiales) que sean más rápidos, más dirigidos y mejor vigilados que los que ahora existen.

Y por qué no hacer corresponsables a las Universidades y Tecnológicos (que son más de 300 en el país) en algunas de estas funciones, ya sea de capacitación y vigilancia o hasta de gestión, pues no hay otra vía que la profesionalización, en el entendido que no necesariamente un presidente municipal tuvo que haberse graduado en Harvard o la UNAM para poder serlo, pero si adquirir de alguna manera el conocimiento y/o el personal con los perfiles idóneos para administrar y gestionar estos recursos y sobre todo los programas. Las instituciones de educación superior pueden ser parte de la solución.

La gobernanza también nos da la respuesta, pues entendemos por ella la posibilidad de que no sólo el gobierno sino también la iniciativa privada y la sociedad organizada participe en las acciones de gobierno. Mecanismos en los que las empresas de tecnología puedan dotar o compartir con los municipios éstos recursos como parte de estrategias de responsabilidad social o algún convenio o nuevo instrumento. Sin duda hay que innovar en estos terrenos.

En la agenda estatal falta crear un organismo autónomo con las atribuciones y las capacidades para intervenir y coordinar los programas de mejora regulatoria en los municipios y así coadyuvar en el despliegue de una estrategia digital conjunta para que los municipios también tengan acceso a estas herramientas de gestión. Pues no puede entenderse una política de mejora regulatoria si ésta no va de la mano con el desarrollo de tecnologías de información y mejora continua.

A nivel Federal hemos conformado ya un sistema con orden, pasión por la mejora y sobre todo una gran convergencia, implementando una política regulatoria moderna, sólida y acorde con los requerimientos de nuestro México globalizado. Las bases se han puesto en esta administración, la COFEMER ha sido clave para engranarse con estados y municipios. La iniciativa de Ley General que ha sido consensada con las diferentes fuerzas políticas y la iniciativa privada será sin duda una herramienta muy prometedora. No en balde fue aprobada por unanimidad en la cámara de diputados. Ya falta poco, ahora va para el senado.

Pero nos espera el reto más grande, como siempre ha sido en México, que cuando contamos con una excelente legislación, ésta se pierde o es implementada “a la mexicana”. Confío en que esta vez no será así, lo difícil será blindar a las instituciones ya existentes en estados y municipios, para la continuidad en programas, políticas y procesos, así como el engranaje para convertirse en un sistema nacional ágil y que de resultados. Este es el reto.

Pero es tiempo de creer, con la esperanza y a sabiendas que el camino está muy bien trazado, y atreverse a caminarlo antes de empezar con cambios y nuevos trazos. Un principio básico de la mejora es “mejorar sobre lo hecho” o en otras palabras “no importa si hay fallas en el camino, lo importante es recorrerlo para que éstas fallas y oportunidades vayan floreciendo y entonces poder corregir y mejorar”.

No se usted, pero no queda duda que se ha avanzado. Sería muy pero muy triste tirar todo a la basura y volver a comenzar. Ya no hay país, estado o municipio que aguante eso. Todo dirigente o representante del pueblo debe continuar lo bien hecho y corregir las deficiencias. No hay borrón y cuenta nueva. Al menos no en este caso.

Usted y yo como miles de mexicanos tendremos la posibilidad de apostarle a todo lo expuesto anteriormente el primero de julio: seguir avanzando o retroceder. Y mientras tanto ¡Que venga la primavera! y… nos leemos luego!