Cierto que mientras exista pobreza extrema habrán porciones de electores a los que fácilmente se les arrebatará el voto; allí donde la despensa, el apoyo del programa público, el dinero en efectivo son poderosas monedas de cambio.
A pesar de la mercadotecnia, la política sigue valorada por los aspectos señalados. Es la personalidad del hombre o la mujer que se dedica a la política lo que cuenta y lo que en verdad tiene un peso específico para la sociedad.
No cambiarán las cosas porque el fondo sigue siendo el mismo. Las razones por las cuales el PAN perdió la gubernatura del Estado en el 2007 y en meses recientes las diputaciones federales y la alcaldía de Mérida se entienden bajo las premisas arriba señaladas. La gente valoró y mayoritariamente cambió su sentido del voto.
No hay más vueltas, aquí no se gana una elección con un batazo de jonrón como en el beisbol, se gana con trabajo y unidad, con proyecto y filosofía. Y no se requiere de mucho, solo se exige disciplina, lealtad y esfuerzo. Pero para lograrlo debe existir armonía.
Y es la armonía lo que le ha faltado al PAN en los últimos años.
No se pierda de vista que la armonía se construye con talento y sensibilidad.
Curiosamente ese había sido el sello del blanquiazul durante décadas. Pero nomás tuvieron el poder y se despedazaron entre ellos.
En el PRI parece que lo entendieron bien y lograron el suficiente grado de armonía y con cada elección se fortalecen más.
Son las encuestas las que revelan el fondo de todo aquello que piensa y siente la sociedad de cara a una elección. Ahora la evaluación incluye sentimientos, preferencias, valores, ideas, criterios. La clásica pregunta de ¿por qué partido o candidato va a votar? Es insuficiente.
Ahora la evaluación es integral. Y ante esta situación las cosas funcionan de otra forma, pero con el mismo fondo.
