Inicio Análisis político Columnista MPV La seguridad es el eje de la paz y el bienestar social.

La seguridad es el eje de la paz y el bienestar social.

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Mtra. Jessica Saiden Quiróz. Delegada del Conafe Yucatán.

Valorar la tranquilidad de la que gozamos y disfrutamos, es algo que no tiene precio. Caminar por nuestras calles, pasear con la familia en un concurrido parque o visitar la riqueza que ofrece la naturaleza sin el constante temor a sufrir un acto delictivo, es una bendición que nos invita a redoblar esfuerzos para que este ambiente de paz social se mantenga muchos años más.
Sin seguridad ni orden civil, sería imposible resolver las diferencias como debe ser, con la ley en una mano y el sentido común en la otra.
Me declaro una ávida consumidora de información, lectora empedernida y amante de las noticias, estatales, nacionales e internacionales. Todos los días podemos tener la capacidad de aprender algo nuevo y aterrizarlo en la ciudad o comunidad en donde vivamos.
Imitar y mejorar lo bueno, no repetir los errores del pasado es una regla máxima de vida, porque quien no conoce su historia, está condenado a repetir los mismos errores.
Uno de los panoramas que domina la escena mundial es la situación de Venezuela, país sudamericano, epicentro de una turbulencia social, económica y política, que nos invita a la reflexión y el debate.
Si bien es cierto que las tribulaciones de aquella región no afectan de manera directa a los mexicanos, también es cierto observar a detalle los peligros de otorgar la conducción de una nación a la demagogia exacerbada, de entregar el mando a los mecenas del populismo, o como bien decía Enrique Krause, a los Mesías Tropicales, sin alusión alguna a nadie en particular.
El gran sueño venezolano – las riquezas petroleras – fueron, a final de cuentas una falacia irreal. Las escenas de una profunda división en dos bandos, los oficialistas y la oposición, dominan los grandes encabezados de las agencias noticiosas internacionales.
Imágenes de manifestaciones diarias, la policía militarizada en la calles sometiendo a cientos de ciudadanos son una clara muestra de un país decadente y sediento de justicia, igualdad y democracia.
Ni hablar de las libertades civiles, de asociación o de prensa, limitadas por un oficialismo dictatorial de un mandatario que baila salsa en la televisión del Gobierno, mientras en Caracas o Maracaibo la sangre pinta el legado bolivariano.
Debido a una hiperinflación, económicamente, el rico bajó abruptamente al nivel de clase media, el que alguna vez fue clase media ahora es pobre y el pobre es paupérrimo, orillándolos a muchos de ellos a buscar alimentos en la basura, peligroso para la salud y el bienestar alimentario.
La excusa del Presidente Maduro es la de siempre: culpar al Evil Empire, es decir, a los Estados Unidos y su estrategia más clara es apoyarse en el hombro de Bolivia y subyugar a los países más pequeños de América que tienen voto en la Organización de los Estados Americanos.
No era sorpresa para nadie que en la última reunión de este organismo internacional, celebrada en Cancún, su comitiva no iba a acatar ninguna sanción, a final de cuentas éstas no son vinculatorias, en respeto al Derecho Internacional y a la soberanía de las naciones.
Y mientras las autoridades organizan las elecciones de su Constituyente, la oposición organiza un referéndum que con un poco más de 7 millones de votos dan un claro ejemplo de que el ánimo revolucionario debe ser predominantemente ciudadano.
Al hacer un análisis de esta situación, me pregunto ¿Cómo estamos en Yucatán?
Aunque no es carente de yerros, la situación socio-política del estado debe ser apreciada desde una postura crítica y constructiva. Sabemos que todo es perfectible y es imperante hacer una crítica constructiva permanentemente, pero contamos con muchos aciertos en varios aspectos.
Quise delimitar esta reflexión a Yucatán porque la situación de otras zonas del país necesita ser estudiada por otras cuestiones fácticas.
Una muestra precisa del bienestar yucateco son sus bajos, muy bajos índices delincuenciales, orgullo para todas las familias y hay que decirlo, envidia de otras regiones mexicanas que nos dicen, nos preguntan cuál es el secreto para vivir con tanta seguridad.
El balance debe ser sistemático y apegado a las cifras como objetos metodológicos de comparación cuantitativos. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública del 2016 nos dicta que 7 de cada 10 yucatecos se sienten seguros de su entorno, colocándonos en primer lugar de las 31 entidades federativas. Puede revisar su metodología en este enlace http://bit.ly/2dhNquw
Los números van a la baja en muchas direcciones: ocupamos el lugar número 11 con menor tasa de delitos por cada 100 mil habitantes y la incidencia delictiva bajó 18.8 por ciento en comparación a un año anterior.
El buen gobierno, las políticas públicas y el aporte los ciudadanos son pilares de esta construcción social, por lo que la continuidad es la clave de la preservación de estos altísimos logros.
Un Escudo, cuyas piezas fundamentales son, precisamente, todos nosotros, quienes a través del tejido comunitario y los buenos hábitos, generamos círculos virtuosos que mantienen esta barrera impenetrable a la delincuencia.
Por supuesto que el incremento natural de la población y el impacto urbano en las últimas dos décadas han incidido en algunos crímenes a lo cual no estábamos acostumbrados, también hay que destacar que las incidencias de alto impacto, como el secuestro, el narcotráfico o los homicidios en serie, son nulos en el estado.
La administración del gobernador Rolando Zapata Bello ha apuntalado su compromiso a favor de la seguridad por medio de la inversión en infraestructura preventiva, el impulso a la empresa y los empleos bien remunerados, la promoción del deporte y la unión vecinal, entre otras.
Esto se nota en las calles, en los parques, en las colonias, donde las familias y el turismo perciben un ánimo de tranquilidad al recorrer nuestros puntos más icónicos. Aquí no tenemos ni tendremos tanques militares recorriendo la ciudad o manifestaciones violentas reprimidas por la fuerza pública.
Es una labor de todos y la denuncia así como el respeto a la ley y sus autoridades son también muy importantes.
Denuncia cuando veas a un mal servidor público o policía incumplir la ley, pero también respeta la norma y a quienes son responsables de cuidarte a ti y a tu familia. Ellos son seres humanos que no descansan para que gocemos de estas bonanzas que no se viven en ninguna otra parte.
En Venezuela hay una ciudad hermana llamada Mérida, pero que dicha coincidir solamente en nombre, porque nuestra ciudad y nuestro hermoso estado es único y deseamos que siga así por muchas décadas más.
Somos una ciudad que recibimos con los brazos abiertos y las puertas de nuestros hogares de par en par a quienes deciden radicar aquí. Se parte de este esfuerzo, siéntete integrante del Escudo Yucatán y porta en el pecho los valores que como yucatecos nos hacen ser un ejemplo para los demás.